Han pasado más de cinco años desde que Juan Carlos I abandonó España. Fue en agosto de 2020, en medio de una tormenta mediática y judicial sobre su fortuna en el extranjero. Una salida pactada con su hijo, Felipe VI, que buscaba blindar a la Corona en uno de sus momentos más críticos.

Pero el tiempo no ha curado las heridas. La relación entre padre e hijo sigue marcada por la desconfianza. Y en los últimos meses, esa tensión ha crecido. El motivo ya no es solo el pasado del emérito, sino las compañías que le han rodeado en Abu Dabi.

Juan Carlos I en Abu Dabi
Juan Carlos I en Abu Dabi

Las compañías de Juan Carlos I preocupan en Zarzuela

El nombre que más preocupa es el de Abdul Rahman El Assir. Comerciante de armas, empresario polémico, figura con influencias y contactos en círculos internacionales. Su presencia, junto a la de su familia, inquieta a Zarzuela. Consideran que su entorno no favorece la estabilidad de la monarquía y que los consejos que recibe Juan Carlos no son los adecuados.

El problema es doble. Por un lado, está el libro de memorias que el emérito tiene previsto publicar. Titulado Reconciliación, saldrá a la luz el 12 de noviembre. Ocho días antes del cincuentenario de la muerte de Francisco Franco y una fecha muy cercana al aniversario de la proclamación de Felipe VI. Dos efemérides de enorme peso histórico.

El rey emérito Juan Carlos I no sigue las recomendaciones de Felipe VI

Desde dentro de la Casa Real temen que esas páginas contengan ataques directos al rey Felipe y a la reina Letizia. Se habla incluso de un capítulo demoledor. El resultado sería explosivo: dañar la imagen del actual monarca justo en un momento en el que necesita proyectar fortaleza y neutralidad.

'Reconciliación', Juan Carlos I
'Reconciliación', Juan Carlos I

Por otro lado, están los movimientos personales del emérito. Según fuentes cercanas, Juan Carlos habría roto parte de los acuerdos alcanzados con su hijo al salir de España. En teoría, aceptó no volver a residir en palacios ni edificios oficiales, limitar sus visitas al país y mantener la discreción. Sin embargo, cada paso reciente muestra lo contrario: quiere visibilidad y protagonismo.

Aquí entra en juego la influencia de El Assir. En Zarzuela se interpreta que el círculo que rodea a Juan Carlos le empuja a desafiar las recomendaciones de la institución. Un entorno con intereses propios, más preocupado por la conveniencia personal que por el futuro de la monarquía.

La situación es delicada. Felipe VI no solo debe lidiar con la herencia incómoda de su padre, sino también con la sombra de quienes lo acompañan fuera de España. Personas que, a ojos de Moncloa y Zarzuela, son un serio problema.