El matrimonio entre Felipe VI y Letizia lleva años en crisis. Aunque mantienen las apariencias, la relación está rota desde hace más de una década. En 2013 vivieron su momento más crítico, que acabó siendo el punto de no retorno.

Algunas versiones apuntan al caso Nóos. Entonces Letizia presionó para apartar a la infanta Cristina del núcleo duro de la familia real. Y aunque Felipe sabía que era lo mejor para la monarquía, el posicionamiento de Letizia contra la familia fue demasiado doloroso. No obstante, otras versiones ponen un nombre sobre la mesa. El de Jaime del Burgo. Antiguo amigo íntimo de Letizia, asegura que mantuvo una relación sentimental con ella durante años, incluso estando ya casada con el Rey. Y se dice que fue entonces cuando realmente  Felipe VI se enteró de todo.

Letícia i Jaime del Burgo / TV3
Letizia y Jaime del Burgo / TV3

Matrimonio completamente roto desde hace más de una década

Sea como sea, en su momento, la posibilidad de un divorcio fue real. Algunos medios incluso llegaron a preparar los titulares. Pero la situación institucional lo impidió. Una separación oficial sería un escándalo histórico. Y por el bien de la corona y del futuro reinado de Leonor, permanecieron junto.

Así las cosas, Letizia y Felipe VI continuaron su vida como un “equipo de trabajo”, en palabras de Pilar Eyre. Sin convivencia, sin afecto. Solo un proyecto común: proteger la institución y asegurar el futuro de Leonor. Para muchos, fue una estrategia calculada. Una imagen familiar construida para mantener el trono.

Con el tiempo, según Laura Rodríguez, ambos habrían rehecho sus vidas por separado. El rey, con una rica heredera vinculada a Franco. Mientras tanto, a Letizia le atribuye más de un amante. Por ejemplo, un empresario catalán  o un director de cine gallego.

Felipe VI y Letizia GTRES
Felipe VI y Letizia GTRES

La vida privada de Letizia es demasiado para quienes la asisten

Y a la vez que todo esto ocurre, la escolta de Letizia empezaría a estar molesta con la reina. Los agentes encargados de la seguridad de la Reina han hecho llegar su malestar a los mandos. Se quejan de que se les exige participar en actividades que nada tienen que ver con su labor oficial. Afirman que Letizia se ve con su amante en un apartamento fuera de España. Ellos saben dónde, saben quién es, pero no pueden decir nada.

Y en este escenario, subrayan que su función es proteger a la monarca, no encubrir engaños privados. Ni a Felipe VI, ni a las infantas, ni a los ciudadanos. No quieren seguir en ese papel. Ya lo vivieron en tiempos de Juan Carlos I. Ahora, la historia se repite, pero es Letizia quien pone en jaque la imagen de la institución.

De hecho, hay fuentes que aseguran que la dimisión de María Dolores Ocaña a principios de junio, hasta entonces secretaria personal de la reina Letizia, vino propiciada por problemas con la vida privada de la consorte. Según los expertos Joaquín Abad y Javier Bleda, su salida tuvo que ver directamente con la vida personal de la reina. Ocaña no solo debía encargarse de actos y agenda, sino también de tapar infidelidades.

Una tarea difícil para una mujer con fuertes convicciones religiosas. Las fuentes aseguran que Letizia llevaba una vida demasiado promiscua, algo incompatible con los principios de Ocaña. La situación se volvió insostenible. Y ahora, la tensión ya no es solo en Palacio. También en los cuerpos de seguridad.