Juan Carlos I cumplió 87 años el pasado mes de enero y empieza a presentar algunos problemas de salud fruto de su avanzada edad. Estos se añaden a su larga lista de enfermedades. El emérito lucha desde hace más de una década con serios problemas de movilidad. Desde aquella recordada caída en Botswana, el emérito fue intervenido de la cadera. Se ha operado más de una decena de veces de la cadera y las dos rodillas, sin mucho éxito. Su movilidad no ha mejorado ni con los tratamientos de medicina regenerativa a los que se ha sometido, con células madre y plaquetas. Padece una artrosis muy severa en la pierna izquierda, que tiene prácticamente inmóvil. Normalmente utiliza silla de ruedas, pero no le gusta que le vean como un rey derrotado, por ello siempre camina con bastón en público y con la ayuda de su personal de seguridad.

Esta enfermedad es hereditaria, ya que su madre, María de las Mercedes, también padecía la misma afección en los últimos años de su vida. Es una enfermedad que también padecen cada vez más personas debido al aumento de la esperanza de vida en la población, cada vez más envejecida.
A día de hoy millones de personas padecen artrosis en todo el mundo. Se caracteriza por el deterioro progresivo del cartílago en las articulaciones. En el caso del emérito, los efectos son especialmente visibles en sus extremidades inferiores, donde el dolor persistente y la rigidez han derivado en la necesidad de utilizar una silla de ruedas de manera casi permanente.
En algunos casos la artrosis puede ser un componente genético
La doctora Lourdes Villalobos, especialista en reumatología y enfermedades inflamatorias, define la artrosis como la enfermedad degenerativa articular más frecuente, afectando al 10% de la población en España. El cartílago pierde su elasticidad y se adelgaza, dejando el hueso desprotegido produciendo un fuerte dolor. La sintomatología puede aparecer a partir de los 50 años. Suele darse en cadera, rodillas y manos, como el emérito. No tiene por que existir una causa, puede ser de forma natural, aunque también causa de otras patologías que podrían acelerarlo.
Es una enfermedad crónica que no siempre es progresiva, en algunos casos pueden surgir complicaciones, pero la mayoría de los pacientes podrían llevar una vida normal. La doctora deja claro que puede existir en algunos casos “un componente genético”, como es el caso de Juan Carlos I, como hemos comentado anteriormente
