Ya nadie se asusta cuando se cruza con Letizia. Todos saben que es una mujer fría y calculadora, demasiado controladora. En más de una ocasión algunos han tenido enfrentamientos con ella. Aseguran que es muy distante y altiva. Se cree superior al resto. Siempre quiso ser una mujer poderosa y lo consiguió. Es la imagen que mucha gente se ha hecho de ella y es lo que la ha alejado de la ciudadanía. Esta semana la mujer de Felipe VI ha sorprendido a todos al reaparecer por sorpresa en Panamá para reencontrarse con su hija, a quien no ve desde hace cuatro meses debido a su formación militar con la Armada.

Letizia tenía dos compromisos institucionales la semana pasada, dos viajes nacionales, pero se cancelaron con motivo del apagón que sufrió España el lunes de la semana pasada, y por ahora no se han retomado. El día 1 era festivo así que tuvo toda la semana libre, momento en que aprovechó para viajar hasta Panamá, donde llegaría Leonor el pasado sábado. Los guardiamarinas no esperaban que sus padres estuviesen en puerto. La princesa y la reina se fundieron en un emotivo abrazo y compartieron confidencias. Estuvieron juntas toda la mañana, por la tarde la princesa volvió al buque escuela para prepararse para la cena de gala que se organizaba en cubierta en honor a sus padres.
Leonor se avergüenza de su madre por su comportamiento
Letizia fue la gran protagonista del acto, como a ella le gusta. Destacó por su vestido en color rojo, uno de sus favoritos, y todos querían saludarla, aunque la monarca no fue muy amable con las otras madres, ni mucho menos con los oficiales y comandantes de Elcano. A la reina nunca le han gustado los militares. De hecho, con Felipe VI ha tenido más de una discusión porque no quería que su hija estudiase la formación militar, para ella ya no es necesaria.
La monarca volverá a Zarzuela este miércoles, cuando Leonor ponga rumbo a Colombia, su sexto destino con el buque escuela. Quiere aprovechar todos los minutos al máximo, aunque los oficiales de Elcano ya quieren que se vayan.
Según fuentes cercanas a los oficiales de Elcano, se quejaron del trato que Letizia dio a todos y pidieron a Casa Real unas disculpas. Los asesores de Felipe VI redactaron una carta donde se disculpaban en nombre de la monarca. No la firmaba la reina porque no estaba dispuesta a reconocer sus errores.
