Letizia es una mujer muy calculadora, controladora y exigente, tanto con ella misma como con los demás. Pero además es una mujer muy maniática, especialmente con la limpieza y el orden. Ha llegado hasta un punto que se ha convertido en una enfermedad y una molestia para todos. Se ha hecho imposible la convivencia a su lado.

Felipe VI y Letizia en los juegos olímpicos de parís
Felipe VI y Letizia en los juegos olímpicos de París

Las cámaras solo entraron en una ocasión al Pabellón del Príncipe para grabar una especie de documental sobre la vida de los monarcas y sus dos hijas, pero mostraron las estancias de la casa que interesaban a la reina. Quiso controlar absolutamente todo. Poco a poco se han ido destapando algunas de sus manías en su propia casa, en el palacio de la Zarzuela o en el palacio de Marivent, son las exigencias que pide antes de instalarse por vacaciones.

Letizia se preocupa mucho por la limpieza y el orden, hasta el punto de ser maniática 

Los empleados de Zarzuela no duran tanto tiempo en su puesto de trabajo por una razón de peso, la exigencia de Letizia. La presión termina con muchos de ellos. El nivel de exigencia es superior al de cualquier trabajo, además de todas las normas a las que se someten. Ya que una vez que entran en su trabajo, deben pasar por un escáner de rayos X como el de los aeropuertos y depositar cualquier aparato electrónico en su taquilla. No pueden comunicarse con nadie hasta que finaliza su jornada laboral.

Letizia examina con lupa el mantenimiento de cada una de las partes de Zarzuela. Los suelos es una de las partes más complicadas. Los muebles, las paredes o los suelos son muy antiguos y deben conservarse año tras año, para ello hay que tratarlos con mucho cuidado. Para limpiarlos utilizan mopa seca y un captador de polvo, evitando de esta forma el uso de productos líquidos que podrían deteriorarlos con el paso del tiempo.

Todo se trata con mucho cuidado para no provocar daños, también los lavabos. Piden bayetas suaves, no abrasivas, que no dañen el esmalte de los sanitarios. A ello se suman productos desinfectantes diseñados para eliminar gérmenes sin dejar residuos agresivos. El objetivo no es solo mantener una apariencia impoluta, sino también erradicar olores y garantizar un entorno saludable.

En Zarzuela trabajan cientos de personas a diario en el servicio. Uno de los principales enemigos de residencias tan grandes es el polvo. Para hacerle frente, los equipos de limpieza utilizan aspiradoras con tubo telescópico, capaces de llegar a cualquier lugar. La idea es que ni una mota de polvo permanezca sobre cornisas, estanterías o repisas. Esta precisión ayuda a proyectar una imagen de orden y pulcritud.

Otra de las manías son los objetos de más de dos centímetros que puedan encontrarse en el suelo. Deben ser recogidos al instante.

Zarzuela tiene que dar un aspecto de imagen y de convicción.

Pabellón del príncipe
Pabellón del Príncipe