Zarzuela quiere recuperar el control, también la calma. Hay nervios, es evidente. El clima es irrespirable desde que Jaime del Burgo decidiera empezar su ofensiva contra Letizia, examante y excuñada, y Felipe VI, consentidor de dos deslealtades: la primera, la matrimonial. La segunda, patriótica. Del Burgo lo acusa de vender España a 'rojos y separatistas', a Pedro Sánchez y Carles Puigdemont. La carga ideológica es el detonante de un serial que ha impactado de lleno en Casa Real. Han intentado gestionar el temporal a través de diferentes vías. Sin embargo, no han conseguido callar al navarro. De momento. Y 'ahí lo dejo'...

Los métodos utilizados hasta el momento para amortiguar el caso son, por ejemplo, silenciar a los principales medios de comunicación, cosa que saca de quicio a Jaime. Para que nos entendamos: se considera un personaje digno del 'New York Times', el odiado 'El País' o el mismo 'El Mundo', pero le han cerrado el paso. Se tiene que conformar con otros tipos de coberturas, tan dignas como los anteriores, pero que no satisfacen sus expectativas. Lástima. También obtuvieron una pieza de caza mayor, como la cabeza de Jaime Peñafiel. La vorágine provocó, incluso, que Letizia se inmolara ante su detestada familia política durante una comida de cumpleaños. Un gesto que provocó todavía más jaleo, la verdad. Sea como sea, el abanico de posibilidades está incompleto. Porque hay otra que acaba de quedar al descubierto.

Jaime del Burgo Instagram
Jaime del Burgo / Instagram

Una historia que revela 'Informalia' y que pone en el punto de mira de la monarquía a los paparazzi. Los fotógrafos han detectado una nueva ofensiva de Casa Real contra ellos. Les quieren dejar sin trabajo, les "revientan las exclusivas". La diferencia con otras etapas, en las que incluso se llegaba a encerrar y desnudar a fotoperiodistas que se negaban a cumplir las órdenes de los escoltas de Zarzuela (cómo afirma el escritor Joaquín Abad en 'Juan Carlos y Letizia'), es la forma. Ahora no hay violencia ni agresividad. Optan por sabotearlos avisando a sus fotógrafos de confianza. Sobretodo a los de la Agencia EFE, pero también a los que pertenecerían a Casa Real. Ha pasado hace unos días en Baqueira, mientras esquiaba con amigos y, nuevamente, sin su mujer. Hace tiempo que no comparten ocio juntos, van por libre: "Cuando los de seguridad vieron que había fotógrafos, al poco apareció uno de la agencia EFE". Los escoltas, hasta arriba de trabajo extra estos días.

Felipe Baqueria ski EFE
Felipe en Baqueira / EFE

La táctica de tolerancia cero tiene un efecto sobre el bolsillo de los profesionales, que cobran mucho menos por el material, pero también le hace un favor a la revista '¡Hola!', que obtiene una rebaja sustancial: "Empieza a ser habitual, hace no mucho lo hicieron otra vez. Fue cuando la princesa Leonor estuvo en la estación de esquí de Astún con el resto de sus compañeros de la Academia Militar de Zaragoza realizando maniobras. De nuevo allí había una agencia de noticias con un fotógrafo y al percatarse de que estaban allí, Casa Real envió al día siguiente un fotógrafo suyo para que hiciera fotografías y dárselas a los medios de comunicación, reventando la exclusiva y bajando el precio del reportaje". Y, por qué no decirlo, controlando el tipo de instantáneas que se distribuyen. EFE siempre servirá las más favorecedoras para la causa; Casa Real, también. Solo las agencias de fotografía externas proporcionan imágenes que demuestran nervios, tensión e incomodidad infinita. Y por eso hay que contraatacar. Es la guerra.

Leonor esquí GTRES
Leonor en Astún / GTRES