Carolina de Mónaco es muy conocida por ser la hermana del príncipe Alberto II de Mónaco, y por haber tenido una vida en la que todo el mundo le decía que era una mujer muy hermosa, y aún a día de hoy se lo siguen diciendo. Es una de las royals más queridas en Mónaco, y esto le ha dado la ventaja de poder permitirse el apoyo y el amor de las personas, incluso mucho más que Charlene de Mónaco. Sin embargo, el día de hoy no estamos aquí para hablar de la esposa del príncipe de Mónaco ni nada por el estilo, sino que queremos hablar de la persona con la que comenzamos el artículo: la hermana del príncipe Alberto II. 

Cualquiera podría pensar que la hermana del príncipe vive en un lugar de lujos en cualquier parte del mundo, y lo cierto es que sí, pues la hija de Rainiero III vive en una villa en Mónaco con todas las ventajas y maravillas que toda villa debería tener, aunque el detalle es que sigue viviendo en sus tierras natales y no fuera de ellas. De hecho, vive muy cerca del palacio del príncipe Alberto II de Mónaco, de modo que hablamos de una villa que se ubica en uno de los mejores sitios de Mónaco y con razón, pero lo que más llama la atención es la belleza y el tamaño de esta villa.

La princesa decidió no irse al extranjero

La villa en la que vive Carolina de Mónaco fue un regalo de su padre hace muchos años, y esta misma vivienda fue en la que vivieron sus hijos Andrea, Carlota y Pierre Casiraghi. Es una villa muy hermosa con unas dimensiones de ensueño, aunque la mejor parte es la vista que tiene, ya que se encuentra frente a la bahía de Mónaco, por lo que es una absoluta exquisitez de vivienda. La villa lleva por nombre Clos-Saint Pierre, y a día de hoy se mantiene en perfecto estado gracias a los cuidados de la princesa, la cual sigue residiendo en esta villa desde que su padre se la regaló. La villa tiene un toque muy de la Belle Époque y es lo que le da sin duda su encanto, y esto va de la mano con las distintas plantas que están alrededor de la villa. 

Sin duda alguna, es un buen lugar para vivir ya que la princesa ha hecho los deberes y ha acomodado todo lo posible la vivienda, haciendo que sus hijos tengan sus propias zonas en dicha villa acomodadas de la mejor manera. Eso sí, esta villa cuesta mucho dinero por todo lo que representa en Mónaco, ya que se le conoce como “la villa de Carolina de Mónaco”, además de que está ubicada en un lugar con una vista de escándalo.