Desde que puso un pie en Buckingham Palace en 2005, Camilla Parker-Bowles ha sabido que su presencia era más una imposición que una bienvenida. Su historia con Carlos III, marcada por escándalos y rechazo público, nunca logró calar entre los Windsor ni entre los ciudadanos británicos. Si bien ha sido oficialmente coronada como Reina Consorte, la sombra de Lady Di y el rechazo de los hijos del monarca nunca la abandonaron del todo.
Pero si hay un nombre que hace hervir la sangre de Camilla, ese es el del príncipe Harry. El hijo menor de Carlos no solo la ha señalado en repetidas ocasiones como responsable de las desgracias de su familia, sino que además ha sido implacable en su autobiografía incendiaria, donde la tacha de manipuladora y oportunista. Camilla no ha olvidado, ni mucho menos perdonado, semejantes ataques.
Camilla le planta cara a Carlos III: “O él o yo”
En los pasillos del Palacio de Buckingham resuena una frase contundente, filtrada por fuentes cercanas al entorno de la monarca: “Si Harry vuelve, yo me voy”. Así de clara ha sido Camilla Parker-Bowles con su esposo, el rey Carlos III, al enterarse de que existía una mínima posibilidad de reconciliación con el príncipe exiliado. La tensión ha escalado a niveles insospechados, y lo que parecía una distancia política ahora se convierte en una guerra emocional interna.
Camilla ha advertido que no tolerará compartir la escena real con quien considera su enemigo más visceral. Para ella, Harry no es solo un traidor familiar, sino un obstáculo para su consolidación como figura de poder. Su amenaza no es un simple arrebato emocional: es una jugada estratégica para forzar a Carlos a elegir entre su esposa o su hijo. Y todo apunta a que el monarca, cada vez más dependiente de Camilla, podría inclinarse a favor de su consorte.
Harry provoca un nuevo escándalo: el estado de salud del rey, al descubierto
El momento no podría ser peor. En plena tormenta interna, Harry concedió una entrevista a la BBC que ha dejado helados a los altos mandos del palacio. “No sé cuánto más tiempo le queda de vida a mi padre”, declaró el duque de Sussex, dejando en evidencia el frágil estado de salud del Rey Carlos III, un tema que la Corona se había esforzado en mantener bajo absoluto secreto.
La frase, que muchos califican de indiscreta e innecesaria, ha desatado un verdadero quebradero de cabeza en la Casa Real británica. Y aunque Harry aseguró que desea una reconciliación, el daño ya está hecho. Sus palabras fueron interpretadas como una nueva traición, una más en una larga lista que incluye revelaciones personales, críticas públicas y memorias convertidas en best-sellers.
En este contexto, Camilla ha aprovechado la ocasión para reforzar su postura. Según allegados a la reina consorte, su paciencia ha llegado al límite. La esposa de Carlos III no piensa volver a fingir cordialidad, evidenciando el odio profundo que siente por su hijastro. Para Parker-Bowles, Harry no es un príncipe caído en desgracia: es un saboteador que ha hecho de la Familia Real su blanco favorito. Y mientras las tensiones aumentan, ni Guillermo ni Kate Middleton han movido un solo dedo para frenar esta ofensiva. Todo indica que, en el fondo, los herederos del trono ven con buenos ojos la exclusión definitiva de Harry, quien ha cruzado demasiadas líneas como para que su regreso sea posible.