Año nuevo, extraescolares nuevas. En cada familia con niños pequeños hay unas normas y en la primera familia de España son públicas, o mejor dicho, publicadas. Públicas porque se pagan con fondos públicos a pesar de enviar a las niñas Leonor y Sofía a una escuela privada. Y publicadas porque Carmen Rigalt acaba de explicar en el diario El Mundo que la princesa Leionor de Girona y la infanta Sofía han dejado de hacer ballet. Letizia controla todo lo que hacen las niñas en la escuela Santa María de los Rosales, desde el menú a las actividades fuera de horario lectivo, y ya sabemos a qué dedican las niñas el tiempo extraescolar bajo el ojo siempre controlador de su madre, como revela una de las mejores fotos del 6-D:
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Escribe Rigalt: "Durante un tiempo, las hermanas eligieron el ballet como actividad extraescolar, pero últimamente han cambiado. Ahora Leonor aprende a tocar el violonchelo y Sofía juega al fútbol. La música y el deporte amansan"..Novedad triple: las hermanas ya no bailan, han escogido dos extraescolares separadas y mientras la heredera toca el violonchelo con 13 años, la pequeña da patadas a un balón a los 11 años.
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Letizia no adora el deporte más allá del yoga que practicaba en casa del corrupto Javier López Madrid. Nunca ha puesto un pie en la final de la Copa de la Reina de fútbol femenino y cuando tuvo que viajar a Canarias para ver baloncesto femenino lo vendieron como una proeza y un "sacrificio" de un domingo real. La niña pequeña Sofía le ha salido contestona y futbolera. Un deporte de equipo que la ayudará a sentirse más acompañada ahora que es consciente que su hermana mayor será el centro de atención con 13 años. Escribe Rigalt sobre las niñas: " "Letizia es una estricta gobernanta. Durante la semana, tienen vetado el uso de móviles, televisión, internet, etc. Entre semana también están prohibidas las chuches y los horarios descabalados. Por ejemplo: nunca se acostarán después de las 21.00 horas". Excepto en Navidad para ver el discurso del padre.
EFE
Leonor se ha pasado a la música, a un instrumento de cuerda. La niña a quien, según Peñafiel, se le ha subido la Corona a la cabeza (y dice a sus amiguitas: "Ahora tendréis que hacerme la reverencia") ya sabe cuál es la especialidad de los Borbones: tocar el violín.