Una vez más, esta humilde columna consigue una exclusiva. Mundial. En este caso se trata del documento con la base ideológica del nuevo partido de los Comunes.

La propuesta de la nueva formación es una república monárquica comunisto-capitalista partidaria de la colectivización individual de la propiedad pública convirtiéndola en privada de gestión comunal. Por lo tanto, la propuesta es una socialdemocracia neoliberal cristianodemócrata troskista-leninista con un socialismo no marxista thatcherista basado en el keynesianismo progresista de Hayek de defensa del intervencionismo anarcosindicalista postcomunista del modelo económico de capitalismo liberal ambientalmente insostenible de la sud-america de los años 70 y de los países emergentes del sureste asiático con una política monetaria a la vez que fiscal controlando descontroladamente el mercado a dos velocidades únicas.

En relación a la relación Catalunya-Espanya, la apuesta es un estado independiente asociado a otro estado independiente confederal centralista asimétrico de la tercera vía entre sí mismos, a la vez que se establece su formulación contraria con un modelo de autonomía centralista fraternal plenamente plurinacional. según cómo, y federal loapista de inspiración alemano-canadiense que comparta una soberanía plena totalmente restringida y basada en el social-progresismo de una revolución conservadora respetuosa con las percepciones subjetivas para evitar expresiones que no resulten plenamente inclusivas desde la pluralidad impuesta y hacerlo a través de un referéndum pactado unilateral con una alianza con el Estado para ejercer el derecho a decidir sin ninguna consulta y que será obligatoriamente vinculante y compartida libremente.

Finalmente, a la dirección del nuevo partido se añaden varios miembros de partidos que han renunciado a formar parte de él y que, por lo tanto, no integran el nuevo partido.

Y ahora usted pensará que lo que acaba de leer es broma. Pues no. Porque mientras los periodistas, los políticos y la gente politizada se entretiene con eso de la monarquía republicana, a la gente en general, a los votantes, lo que les llega es que Ada Colau ya tiene partido. Y la votarán a ella y a la marca que ella representa. Y les lame un pie si se define como partidaria del unionismo independentista o viceversa.

Y la gran bruma es pensar que todo parece una broma.