La efectividad del Barça y la presencia de Leo Messi y Luis Suárez han vuelto a ser decisivos contra el Villarreal (0-2). Los blaugrana han sabido reponerse al ya habitual golpe moral de los palos y han solucionado un partido en que no se podían marchar sin los tres puntos.

El juego apagado y lleno de errores en algunas fases ha vuelto a estar compensado por los goles. Este Barça, que ya lleva veintitrés partidos sin conocer la derrota, no acaba de conocer el mejor fútbol, pero ahora es más combativo que nunca. Y los dos delanteros, Messi y Suárez, han vuelto a marcar juntos para seguir liderando la Liga Santander sin oposición.

Difuminando el fútbol

El hecho de ganar los partidos no quiere decir hacer el fútbol total. Los blaugrana aparecen y desaparecen sin motivos sobre los terrenos de juego. El equipo es efectivo, pero a veces queda atrapado en un fútbol que no es el suyo. Ya hace semanas que al barcelonismo le cuesta verse identificado en este Barça, y contra el Villarreal no ha sido distinto.

Imprecisiones, poca consistencia en el medio del campo y velocidad más que dominio. El Barça no acaba de encontrar su sitio. Sólo Messi y Ter Stegen, como ya es normal, llevan al equipo por el camino del éxito. Y parece que al Barça le falta un punto de balón.

Pero el fútbol siempre te deja sorpresas y también hace cambiar dinámicas. Los viejos tics del equipo, acostumbrado a correr al contragolpe, todavía marcan un estilo cambiante. Pero todo tiene un final y parece que este Barça quiere romper con el pasado.

Los palos ya no frenan a Luis Suárez

Y uno de los principales problemas era el ataque. La falta de presencia de los delanteros es un inconveniente que ya está encontrando soluciones. Luis Suárez, principal afectado por el cambio de juego, le ha costado mucho ubicarse y conseguir goles. Pero ahora ya vuelve a ser decisivo.

El uruguayo ha sido el futbolista que ha decantado el marcador a pesar de los palos. Suárez ha visto que el equipo no arrancaba en la primera parte y, cuando lo hacía, el travesaño evitaba el gol de Piqué. Y en la segunda mitad él mismo ha podido saborear la mala suerte de la madera. Dos palos más contra el Villarreal, que ya suman 21 en 25 partidos. Pero la mala puntería no es para siempre y, cuando ha podido, Luis Suárez ha solucionado para volver a anotar y marcar su séptimo gol en la Liga.

El Barça ha podido aprovechar la ventaja numérica después de la expulsión de Raba al cuarto de hora de la segunda mitad. Entonces es cuando ha aparecido todavía más Messi, que tampoco ha hecho un espectacular partido, pero siempre ha aparecido para repartir juego. Y el argentino también ha solucionado antes de acabar el partido con el segundo y definitivo gol.

El Barça ha sabido reponerse y ha sabido madurar una difícil prueba lejos de Barcelona. Las victorias de Valencia y Real Madrid no han puesto suficiente presión y la Liga sigue siendo de claro color blaugrana.