Medio estadio Vicente Calderón estaba ocupado por seguidores azulgrana, muchos con la bandera estelada. Ya sabes, nada de eso se vio por televisión porque la realización lo escondió deliberadamente. Y aún no sabes lo peor: tampoco habrás podido verlo en la mayoría de los diarios. Es lógico. Si la tele pudo ocultar medio estadio y fabricar una realidad a medida, sin esteladas ni silbidos ni aficionados del Barça ¿por qué las ediciones impresas y las webs no pueden superar este desafío? Claro que sí.

El diario catalán de referencia, La Vanguardia, abre su edición impresa con la decisiva asamblea de la CUP y publica ocho páginas de la Final de Copa con once fotografías, cuatro de las cuales de la afición. Ni una muestra una sola estelada. Esa bandera ha sido uno de los temas informativos de la semana. El día de su desenlace, sin embargo, el asunto no existe gráficamente.

¿Es un milagro? No. Poner esta o aquella foto es una decisión deliberada, no sobrenatural ni automática. No es extraño pensar que la elección de estas imágenes responda a normas que incluyan hacer desaparecer las esteladas de la cobertura. Todo muy respetable, pero como criterio informativo es, digamos, peculiar. 

Quizás sólo es que se despistaron. Las agencias envían decenas de fotos con ocasión de estos acontecimientos importantes y, bueno, se hace difícil verlas todas, seleccionarlas, editarlas, etc. O bien la presión y la prisa para cerrar el diario a esas deshoras... ya se sabe. El diario hace una simpatía de la cosa en un titular ("Una afición estelar") y poco más, aunque incluye esta metáfora genial: "Del Cerro Grande hizo un arbitraje nivel Dancausa". En la web publica cuatro fotos donde se ve alguna estelada. Son parte de una galería de 33 imágenes.

El Periódico abre a todo trapo con la victoria azulgrana. Publica trece fotos de la final en su edición impresa. Cuatro son de la afición, en una doble página dedicada al desenlace del periplo jurídico y vital de la prohibición de la bandera independentista en el estadio. Se titula "Por la libertad de expresión". Tres de las cuatro fotos muestran gente con la estelada. Normal, porque el artículo va de eso. Es muy significativa una imagen que ocupa más de media página y que permite apreciar lo difícil que era ignorar la presencia de las esteladas:

No lo ignoró The Wall Street Journal, que escogió para su sección Fotos del Día una imagen de la final con estelada, aunque no puede descartarse que el motivo de publicarla sea el exotismo del fan asiático que ondea la bandera indepe:

"Los aficionados del Barça llenaron su mitad del estadio con esteladas ("Barcelona's fans filled their half of the stadium with Esteladas", en mayúscula en inglés), explica la crónica del corresponsal de The New York Times, para quién el fenómeno tampoco pasó desapercibido. Claro, si "llenaban la mitad del estadio", era complicado no verlas. De hecho, hay que esforzarse por no verlas. En Twitter, algunos se molestaron por la "desaparición" que perpetró la realización televisiva de los barcelonistas en el estadio. Como estos hackers:

Cuando la realidad no es como deseas puedes hacerla desaparecer silbando y mirando al techo —o bien puedes hacer con ella un uso más o menos creativo con el fin de cocinar los hechos y adaptarlos al relato que te interesa.

En el caso de la final de Copa, un primer nivel de cocina consiste en comparar dos realidades diferentes como si se tratara de la misma —porque comparten espacio físico o son protagonizadas por la misma gente, por ejemplo. En este caso, la fiesta en torno a la final (o el mismo juego de la final) y los símbolos con que los aficionados se presentan a la final. Todos comparecen en la final, pero son poco comparables por una razón muy sencilla: todo el mundo allí estaba de fiesta, lo manifestara con unos símbolos u otros, estelados o no. Al final, los que vestían bufanda rojiblanca (muchos) siempre serán menos que los que estaban de fiesta (todos).

Bien. Este es el caso del título "Más fiesta que patria" de una crónica sobre las horas previas al partido en La Vanguardia. En el mismo género se encuadran el "Empate en la pitada en el himno" o el "Más señeras que esteladas", de El Mundo, y el "Más partido que esteladas" de El País. Parece incluso que quedaron para hacer los títulares (no lo hicieron eh. Es broma). Lo que se dice ahí es incomprobable y, para los amigos de Popper, infalsable. No hay contrafactual. ¿Y qué? Sirve a efectos de decir que no había para tanto con las esteladas y que sólo hacen que fastidiar. Peor, no es ninguna novedad. Estos títulos se pueden hacer de casi cualquier partido porque siempre es así —fuera de casos muy contados, como la eliminatoria entre El Salvador y Honduras de 1969 que resultó en la llamada Guerra del Fútbol entre los dos países (cuatro días en que murieron unas 2.000 personas, un horror). Pero no estamos en este punto.

En la portada impresa, El Mundo titula "El fútbol vence a las esteladas", aunque quien ganó fue el Barça al Sevilla. Lo explican en un subtítulo: "el balón se impuso sobre el protagonismo político que buscaban los independentistas". Claro. Era un partido de fútbol ¿no? Se entiende poco, sin embargo, la foto que acompaña esos títulos: se ve a los Reyes escuchando el himno rodeados de esteladas. Si los independentistas querían protagonismo político (como por otra parte es natural), a fe que esta primera les facilita mucho el trabajo, aunque se desmienta a sí misma.

El grado más elevado de cocina corresponde a otras portadas y títulos. En el digital Crónica Global se dice que "El Sevilla-FC Barcelona arranca cono normalidad y laslas aficiones tarareando la Marcha Real". (La Marcha Real es el himno español). ¿Cómo saben que todas las aficiones lo cantaron? Si empiezan así ¿cómo puedes fiarte del resto? Es complicado. El título principal es "El fútbol se impone al nacionalismo en la Final de Copa", sin especificar de qué nacionalismo se trata ni advertir que "todas las aficiones" de un estadio cantando un himno bien podría ser una clarísima manifestación de nacionalismo. En fin, que aquí falla alguna cosa.

En El Confidencial una de las crónicas del partido se cuida de decir que "El fútbol triunfó en la final más politizada" (qué querían, ¡era un partido de fútbol!) y aclaran: Pues no, ni todos los culés son independentistas catalanes, de hecho muchos ni son catalanes, ni todos los sevillistas son fachas por 'cantar' el himno de España". Ah.

El plato fuerte, como siempre, son dos portadas como dos pancartas. Dos destilados de alta graduación. En La Razón informan que "España ahoga los pitos en el Rey". ¿Toda? Al menos se hacen eco que al Rey lo silbaron. La desgracia de estas portadas donde cada día se informa severamente de cualquier cosa como si se tratara de la carga de la brigada ligera o del fin de la Guerra Mundial es que acaban pareciendo una mala parodia de ellas mismas y ya no sabes distinguir qué ha pasado en realidad y qué quieren los editores que pase. Un lío.

ABC tiene la ventaja del archivo y la solera. En otros tiempos, el tabloide monárquico hacía portadas de estos acontecimientos con tanto ingenio que lo que tenías más remedio que aplaudir. La gracia era insinuar las cosas con un punto de sarcasmo o de ironía para que el lector las completara con su sentido del humor. Eso les sacaba dramatismo y hosquedad. En el fondo, te decían: oiga, que es un poco coña. Ya no es así. Quienes ahora hacen estas portadas se las creen de veras. Estan salvando a España o algo. Esta es la de este lunes:

CompareIa con esta perla del 5 de enero de 1997, hecha el día partido Real Madrid-Athletic de Bilbao:

El texto dice:  "El Athletic de Bilbao, el único equipo español de relieve que disputa la Liga de fútbol con jugadores españoles, se enfrenta esta tarde al Real Madrid en el estadio Bernabéu. La política de defensa de lo español practicada por el equipo vasco contrasta con la del resto de los clubes, que se han lanzado a una carrera desenfrenada para contratar extranjeros. Anoche, por ejemplo, el Deportivo jugó con nueve futbolistas de origen no español y el Barcelona con seis. Hoy el Real Madrid lo hará frente al Athletic de Bilbao con otros seis extranjeros. Viene a nuestra portada Julen Guerrero, estrella del equipo bilbaíno y de la selección nacional española".

Te tienes que reír.