La televisión pública de Barcelona, betevé, ha perdido más de la mitad de la cuota de pantalla entre julio de 2015 a marzo de 2017. En estos 21 meses, el porcentaje de espectadores de betevé sobre el total de espectadores en Barcelona ha caído del 1,2% de agosto de 2015 hasta el 0,4%-0,5% en que parece haberse estabilizado desde octubre de 2016. El cambio a fondo de la identidad y filosofía del medio, en el que se han invertido al menos 256.175,08€ aún no se nota.

Estos son los datos de audiencia de betevé en el mencionado periodo:

  CUOTA
2015  
Julio 1,0
Agosto 1,2
Septiembre 0,9
Octubre 0,7
Noviembre 0,7
Diciembre 0,6
2016  
Enero 0,6
Febrero 0,7
Marzo 0,7
Abril 0,7
Mayo 0,5
Junio 0,5
Julio 0,6
Agosto 0,7
Septiembre 0,7
Octubre 0,5
Noviembre 0,4
Diciembre 0,4
2017  
Enero 0,5
Febrero 0,4
Marzo 0,5

Fuente: Kantar Media

Sólo para tener una referencia, porque se dirigen a toda Catalunya y betevé no, en 2016, el canal 3/24 tenía una cuota del 1,5%, el Super3/33 del 1,2% y Esport3 del 1%, mientras que betevé (entonces BTV), rozaba el 0,6%.

El descenso en las audiencias de la emisora municipal afecta también a su canal web. Entre junio de 2016 y marzo de 2017, la web de betevé ha registrado 1.349.883 usuarios únicos (un 24,62% menos que en el periodo junio 2015-marzo 2016).

Otros indicadores de la página web también muestran descensos: el número de sesiones ha sido de 2.543.303 (19,53% menos que el periodo anterior) y el número de páginas vistas de 5.152.247 (un 17,43% menos). Cada usuario ha visto 2,03 páginas por sesión (un 2,61% más) y la duración media de la visita es de 3'41" en la web (un 7,47% menos).

De betevé 91.0, la emisora de radio, no hay datos de audiencia. Este canal emite música la mayoría del tiempo, punteada por algunos boletines informativos de tres minutos, unas cinco horas de programas propios y la re-emisión audio de algunos espacios de televisión.

Las cifras de seguimiento de betevé en redes sociales crecen, pero no tanto. En Twitter, la comunidad que sigue la cuenta de los informativos, ha aumentado en 21.244 seguidores, siempre en el mismo periodo junio 2016-marzo 2017, y subió a 98.600 seguidores. Esta cuenta, la más seguida de betevé, tiene 101.070 seguidores en el momento de escribir esta pieza. Ha ganado 2.156 por mes desde junio de 2016.

La cuenta de Twitter general ha pasado en el mismo intervalo de 11.362 a 14.600 seguidores (este mes de mayo superará los 15.000). Es una ganancia de 360 seguidores mensuales. Para tener una referencia, el director de betevé, Sergi Vicente, tiene 18.155 seguidores en Twitter a la hora de escribir esto.

En Facebook, la página genérica alcanzó los 12.780 fans en marzo de 2017 por 6.300 la de BTVNotícies.

La reconversión

El problema no es de ahora o de los últimos 21 meses. Cuando el actual director, Sergi Vicente, tomó posesión, en enero del 2015, BTV había perdido a un 45,3% de sus espectadores desde el 2009 y casi la mitad de los barceloneses de 16 a 44 años no conocía la marca o no la veía nunca.

Vicente avisó entonces que su responsabilidad era "llegar más y mejor a la audiencia" y hacerlo adaptándose al nuevo público y a las nuevas formas de comunicar. Para eso hacía falta librarse del esquema de la parrilla de programación y favorecer el consumo a la carta, lo que obligaría a presentar los contenidos de manera diferente. Su idea era adaptar BTV a la multimedialidad sin olvidar que es la televisión de la ciudad.

En enero de 2017, BTV dio paso a betevé. Un cambio a fondo de identidad y filosofía: betevé ya no era una televisión sino que se convertiría en un transmedio que integraba transversalmente canales (tv, radio, web y redes sociales) y contenidos, que el usuario podrá elegir a la carta e intervenir en ellos de forma activa. De los cinco cambios de imagen de desde que empezó a emitir, en 1994, este era el más profundo.

El nuevo nombre, betevé, borra la referencia a un soporte concreto, la tv, un canal tradicional y a la baja. También la relación con Barcelona, con el territorio físico, para "convertirse en un medio dirigido a todos aquellos interesados o vinculados de alguna manera con Barcelona", según explica Folch Studio, la agencia que ganó el concurso por el proyecto de renovación. Es un proyecto muy detallado: "las minúsculas conceptualizan la accesibilidad, la interacción, la facilidad de uso y la sencillez que la nueva marca quiere comunicar", añade para explicar este particular tipográfico.

Un cambio de 256.175,08€

El coste de todos los conceptos de este cambio es de 256.175,08 euros, según la respuesta de Vicente al Grup Demcrata del Ajuntament de Barcelona.

El diseño de la identidad gráfica y creatividad audiovisual sube a 105.500 euros; la producción (senyalètica interior y exterior, músicas, separadores audiovisuales y fotografía) a 75.281 euros y la aplicación de la marca a 75.393,85 euros. Estos costes no incluyen la campaña de publicidad (autobuses urbanos, banderolas, carteles, folletos...).

Es pronto para evaluar los efectos de todos estos cambios en la audiencia. De puertas adentro, sin embargo, la nueva web causó alboroto. El pasado 7 de abril, el Comité Profesional y la redacción de betevé hicieron saber en un comunicado que "la situación actual de la web no garantiza unas condiciones mínimas de trabajo", cosa que "ha hecho crecer todavía más la frustración, desmotivación e indignación de los que trabajamos cada día en betevé" y "numerosas dudas sobre la capacidad de gestión de los máximos responsables del proyecto".

El Comité se queja de que no se han resuelto "los graves problemas iniciales como la pérdida de parte del archivo, el duplicado de vídeos o la pérdida de posicionamiento en Google". Según el comunicado, "tenemos una web que no cumple los estándares de calidad que exige un medio público como betevé y que hace perder la credibilidad que se ha ganado durante más de 20 años".

La otra batalla que afecta a betevé es la incorporación a la plantilla municipal de 177 trabajadores de los servicios informativos y técnicos hasta ahora subcontratados por BCN Audiovisual, la filial del grupo Lavínia que opera la televisión. El contrato programa para la gestión la televisión local, aprobado en el último pleno de 2016, preveía la contratación directa de los 177. Los trabajadores se quejan, sin embargo, de que la internalización no incluya a los que trabajan en el resto de programas, una diferenciación que consideran "del todo ficticia".