"Llevamos meses con la espada sobre la cabeza", explica a El Nacional uno de los empleados en Europa de DowJones (DJ), una de las tres grandes compañías de información financiera del planeta, más conocida por editar el diario The Wall Street Journal y menos por servicios como Newswire o Factiva –que venden datos, noticias y análisis financieros y económicos–, de donde provienen más de la mitad de los ingresos de DJ. La primera ronda de despidos y recortes en las sucursales europeas se ejecutó la semana pasada (150 personas) y "está por llegar otra peor en los próximos dos meses" hasta sumar los 450 despidos previstos.

2017 será un divisor de aguas para DowJones. El ingreso publicitario del diario ha caído otro 21% en 2016 y la venta de datos sufre desde el 2013. En 2017 ya no se harán ajustes o recortes como desde 2015 sino, directamente, amputaciones. "Actúan un poco presionados por el pánico", explica un analista de DJ.

De estas penas y fatigas puede beneficiarse Barcelona, porque parte del plan de salvación, denominado WSJ 2020, consiste en concentrar oficinas dispersas por toda Europa en dos núcleos: Londres y la capital catalana. Sobre los planes concretos sólo se conocen migajas. Por ejemplo, se sabe que la oficina de Budapest cierra porque Margit Fehér, una de sus periodistas que trabaja, lo ha dicho en su Facebook.

Más servicios en BCN

Barcelona no es una novedad para DowJones. En sus discretas oficinas de la Diagonal trabajan unas 300 personas. Ningún periodista. Ahora "estudian añadir ahí más servicios y gente de los wires [de Newswires, un servicio de información en tiempo real]", añade el analista. "Tienen dos o tres meses para reorganizarse".

En las diversas unidades de DJ (el diario, Newswires, Barron's, MarketWatch, Factiva, Financial News y otros) trabajan 4.400 personas, de las que 1.400 son periodistas. Barcelona es el 8% de los empleados. No es una sede pequeña.

En la capital catalana "les va bien y todo el mundo está contento". Por eso "su instinto es potenciarla", dice un empleado de DowJones. Quizás no será de la manera más vistosa. Barcelona no es una capital financiera y difícilmente acogerá operaciones periodísticas de relieve.

Hasta ahora, los periodistas de DJ en la península estaban concentrados en Madrid. Pero los recorte han pasado factura. "Hace dos años y medio, en Madrid había unos ocho periodistas de The Wall Street Journal, más unas diez personas en Newswire entre periodistas, traductores, etcétera. Ahora quedan dos del diario y tres o cuatro del resto", explica uno de los periodistas de DJ.

Mal momento

DowJones pasa el mismo aprieto que otras compañías informativas. Hace diez años, estas empresas eran las favoritas de la publicidad, especialmente sus productos impresos. Ya no. En el caso de DJ, la publicidad, que suponía el 50% de sus ingresos en el 2006 suma ahora sólo el 30% ­-y cayendo, cayendo, cayendo. Esta es la magnitud de la tragedia.

Ahora, estas empresas intentan adoptar una estructura de ingresos más diversificada, donde el pago por contenidos (suscripciones) sea la parte principal. En este sentido, Dow Jones tiene como objetivo conseguir tres millones de suscriptores digitales (todos los servicios suman hoy 2,5 millones de abonados).

DowJones se afana por conseguirlo. En 2012, para poner el día su negocio de venta de información, adoptó la estrategia de simplificar su abanico de productos y los precios de suscripción. Lanzaron DJX, un producto que integraba información de servicios ya existentes con sólo dos tarifas mensuales: 249 y 399 dólares. Se cobraría por usuario, no por empresa, y se reduciría la capacidad de elección de los suscriptores, que entonces rondaban los 600.000.

DJ imitó el modelo de sus rivales Bloomberg y Thomson Reuters, líderes en este servicios desde los años 90 del siglo pasado gracias a que se han adaptado mejor a la tecnología y a los mercados digitales. DJ pasaría de vender a empresas (business to business) a vender a individuales (business to customer).

Esta operación acabó como el rosario de la aurora: el CEO, despedido; los suscriptores, en descenso.

Murdoch

El promotor de todos estos cambios era el nuevo propietario (desde el 2007) de DowJones, Rupert Murdoch. Los malos resultados obligaron al magnate australiano de los medios a separar sus propiedades en dos empresas. Por una parte, los rentables negocios audiovisuales (Fox, Sky...). De otra, News Corporation, que reúne todas las propiedades con productos impresos, como DJ. Los beneficios del audiovisual ya no cubrirían las pérdidas del resto.

La gestión de Murdoch al frente de DJ no ha sido muy lograda. Aparte del fiasco de DJX, The Wall Street Journal, su buque insignia, ha ido degradando su calidad informativa, mientras que nuevos competidores –desde Business Insider (del grupo alemán Axel Springer) o Financial Times (de los japoneses Nikkei)– han ido segando la hierba bajo sus pies sin que DJ propusiera iniciativas realmente competitivas.

Dragon Khan

La prueba de fuego para el Journal ha sido la larga campaña de las elecciones presidenciales de los EE.UU. Mientras que otros medios importantes, como The New York Times y The Washington Post, cubrían agresivamente a Trump, el Journal adoptaba un enfoque más suave.

El director del diario, Gerald Gerry Baker, un antiguo columnista del Times de Londres (también propiedad de News Corporation) y viejo consejero de Murdoch –de quien tiene la oreja– es reticente a permitir que el diario identifique como "mentiras" las falsedades de Trump y ha tendido a restar importancia a las transgresiones del ahora presidente, mientras instaba a sus periodistas a ser duros con Hillary Clinton.

El resultado es una redacción con la moral muy baja. Por si fuera poco, la semana pasada, el Times de Nueva York anunciaba el fichaje de Rebecca Blumenstein, la directora adjunta del Journal, una veterana de 22 años en el diario.

Baker, que ha convocado para este lunes una reunión abierta de todos los periodistas, "no tiene el apoyo de la redacción", ha dicho una de los jefes del Journal a Politico. Da igual. Termine como termine la reunión, Dow Jones cabalga el Dragon Khan: de momento han eliminado dos de los cuatro cuadernillos del diario y tienen pendientes los mencionados 300 despidos. Los próximos meses serán decisivos.