Las ardillas, a diferencia de otros roedores, acostumbran a tener muy buena prensa. Son animales queridos, curiosos y simpáticos, pero hay que ver como se las gastan. Que lo pregunten si no a los dueños de esta tienda de comestibles de Toronto, en Canadá, que hartos de que les desaparecieran una determinada marca de barritas de chocolate decidieron ponerse manos a la obra y averiguar de una vez por todas quienes eran los rateros que les sustraían el género.

La sorpresa llegó cuando se consiguió identificar a los ladronzuelos, porque no eran ninguna banda organizada de ladrones sino unas ardillas muy vivaces que ya conocían al dedilloel momento de entrar en la tienda, coger la chocolatina y marcharse a toda prisa. ¡A ver quien coge a una ardilla en plena carrerilla!