Si una final de los Juegos Olímpicos puede poner nervioso a cualquiera, aunque no participe nadie de su país, o sin que se trate de un deporte por el que tenga devoción... ¿Cómo se tienen que sentir unos abuelos al ver a su nieto convirtiéndose en camión olímpico?

Ya tenemos la respuesta. Y nos llega desde Australia. El "culpable" de las lágrimas de la pareja de mayores de la que hablamos es Kyle Chalmers, un joven de sólo 18 años, que se ha convertido en el campeón olímpico en los 100 metros libres.

Si cualquier tipo de carrera en que participara Chalmers hubiera puesto a sus abuelos de los nervios, hay que decir que el joven campeón no se lo puso fácil, y es que la victoria no estuvo clara durante toda la prueba. Todo lo contrario, el australiano fue el segundo más lento al despegar de la salida, y a mitad de la carrera iba séptimo.

Imagen: Youtube

Fue en los últimos 50 metros cuando Chalmers fue ganando sitio hasta comerse a sus rivales, para acabar imponiéndose con un tiempo de 47.58 segundos.

Imagen: Youtube

No hace falta entender inglés, ni saber de natación, ni siquiera saber de deporte para entender el sentimiento de los abuelos en ese momento: la emoción es un lenguaje universal.