Hasta hoy las algas han sido un producto que lo relacionamos directamente con el mar. Cuesta imaginarse este producto en la cocina, aunque en los países asiáticos, como por ejemplo en Japón o en China, es un alimento incorporado a la dieta con total naturalidad desde el siglo IV y el siglo VI respectivamente.

Las algas, que son una fuente muy importante de minerales y proteínas, son bajas en calorías y grasas. A pesar de sus grandes propiedades, sin embargo, es un alimento que no ha acabado de cuajar en nuestra casa. El boom del sushi o el éxito de restaurantes como Aponiente del chef Ángel Leon, reconocido con una estrella Michelin por su tarea experimental con algas y plancton en alta cocina, han hecho que ya no vemaos este producto como un alimento tan lejano y extraño.

A continuación te mostramos cinco tipos de algas para que las puedas incorporar a tu cocina y puedas iniciar una transición gastronómica hacia una cocina más variada y al mismo tiempo saludable.

Nori. Probablemente será la alga que te resultará más familiar, ya que es la que se utiliza para elaborar sushi. Los makis, futomakis o temakis de salmón, atún y otros ingredientes que consumes con deleite cuando vas al restaurante están diseñados con esta alga.

Contiene 18 tipos de aminoácidos, calcio, fósforo, hierro, vitaminas ACD-B1-B12, proteínas, Omega 3 y Omega 6. Contribuye a la disminución del nivel de colesterol en sangre y a potenciar la memoria.

Es un tipo de alga que se consume tostada. Hay que dar vuelta y vuela al producto en una sartén hasta que adquiera una textura consistente y un tono verdoso. Se pueden hacer tiras para elaborar sushi o triturarlas para darle un toque diferente a las sopas de caldo o verduras.

Wakame. Por su sabor suave y por su fácil preparación, estas algas originarias de las aguas japonesas son una de las más utilizadas en occidente después del alga Nori.

Es de las más ricas en vitamina B12 y calcio, y es indicada para niños y embarazadas. Mejora la función renal, hepática y estimula la producción de hormonas. El uso continuado neutraliza el exceso de nicotina y colesterol en la sangre.

Sólo hay que poner el alga en remojo durante tres minutos. Es recomendable no dejarla más tiempo, ya que puede perder sus propiedades. Una vez hidratada, se puede añadir en sopas, verduras, purés, vegetales, legumbres o incluso añadirlas a la pasta de las albóndigas o croquetas.

Hiziki. Se trata de una de las algas marinas menos conocidas, aunque es una de las que tiene un sabor más intenso y delicioso. En Japón se utilizan como tratamiento antienvejecimiento, ya que fortalece los huesos, las uñas y el cabello. Son ricas en calcio, fósforo, hierro, yodo, sodio y potasio. Se aconseja en problemas de artrosis.

Para su preparación, se recomienda ponerla en remojo durante 10 minutos, para posteriormente hervirla 20 minutos con agua fresca. Es ideal para salteados con legumbres o tofu.

Se comen pequeñas cantidades no más de 2 veces a la semana, ya que contiene arsénico, que consumido en grandes cantidades puede ser perjudicial para la salud.

Dulse. Es la más famosa del Atlántico Norte. De color rojo, es el alga más rica en hierro. Eso la convierte en un alimento ideal para personas que sufren anemia. Cuenta con un elevado contenido en magnesio, potasio y fósforo y es muy rica en proteínas.

En Irlanda se sirve en los pubs para acompañar la cerveza y aromatizar el pan con queso. Combina bien con verdura verde escaldada, con patatas, avena y se puede usar para hacer patés, salsas, o para condimentar las pizzas.

Espirulina. La espirulina es un "superalimento" que ofrece proteínas más digeribles que las de la carne y contiene vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, proteínas, ácidos nucleicos (ADN y ARN), clorofila.

Muchos atletas la consumen para mejorar su rendimiento deportivo y la NASA la utiliza para enriquecer la dieta de los astronautas en misiones espaciales.

Aunque el formato más común es en cápsulas, el espirulina también se aprovecha en polvo y la puedes incluir a la dieta como un ingrediente más. Se puede incorporar en licuados de verduras, sopas de cebolla, para hacer salsa pesto, para vinagretas para las ensaladas o como condimento para el arroz.

Declarada por la UNESCO como el "alimento del milenio", estas microalgas son consideradas uno de los productos del futuro.