A partir de ahora, se ha ganado más que merecidamente poder repetir muchas veces esta imagen. Desde ahora, disfrutar de il dolce far niente, como dicen los italianos, estirarse a contemplar la vida con chanclas en una tumbona o haciendo lo que le dé la gana, se lo tiene más que ganado. De hecho, conociéndolo, probablemente, más que descansar, dedicará su tiempo libre a hacer una cosa totalmente diferente: a seguir corriendo y haciendo ejercicio, su gran pasión, periodismo y familia aparte. Es lo que tiene habérselo currado de lo lindo durante 40 años, que se dice pronto. Es el reconocimiento y el premio a toda una vida dedicada en cuerpo y alma, dejando sangre, sudor y lágrimas en su trabajo, a su pasión, en TV3, donde aterrizó justo en los inicios. 40 años haciendo de periodista deportivo, siendo un referente para muchos compañeros y muchos espectadores de generaciones diferentes, y saliendo por la tele desde tiempos inmemoriales. Hablamos del gran Xavier Bonastre, de quien acabamos de saber que cuelga las botas, y nunca mejor dicho. Se jubila un crack.

Mítico presentador de TV3, icono de Televisión de Catalunya que durante años, lució un emblemático bigote. Presentador y periodista deportivo de raza, de los de toda la vida, siempre con una sonrisa, uno de aquellos compañeros que vale la pena, una persona que aparte de tener un talento innato para comunicar, aparte de ser un trabajador incansable, tiene una bondad que todos los que lo conocen y han trabajado con él siempre destacan. Xavier es un gran tipo a quien hemos visto hacer de todo durante 40 años, siempre relacionado con el deporte. Y especialmente, con el mundo del tenis. A propósito del Barcelona Open Banc Sabadell, su compañero Francesc Soria le ha emocionado y nos ha emocionado anunciando que se jubila el bueno de Bonastre, y poniéndole una retahíla de imágenes sensacionales de su carrera ante cámaras.

Un Xavier que ha vivido los mejores momentos de su vida haciendo lo que más le gusta, y compaginándolo con su otra gran pasión: ponerse las zapatillas deportivas y a correr falta gente. Ha estado en muchos lugares haciendo kilómetros, el deporte, hablar y practicarlo, ha sido uno de los motores de su vida.

Una vida que sufrió una sacudida durísima cuando casi no lo explica después de una perforación intestinal que sufrió hace siete años: "Yo mismo me di por acabado. Por muerto. Literal. Pero no era mi hora y he vuelto". La cosa fue tan justa que incluso le dijeron a su mujer Mònica que "se preparara porque podría irme al otro barrio". Así de claro. Así de crudo. Estuvo ingresado en la UCI donde estuvo intubado y dormido 7 días.

Ahora, Xavier dice que ya es suficiente. Merecidísimo. Le preguntan si ya está pensando en estos últimos días en que esto se acaba, antes de que se jubile, si piensa en qué hará. Y él: "Pienso que también tengo ganas de descansar, de dejar que las nuevas generaciones puedan entrar y no hacer de tapón. No hay nadie imprescindible en el mundo, y los periodistas todavía menos. Los que venís detrás estáis sobradamente preparados. He hecho de todo, lo que he podido, y si los espectadores han podido disfrutar de mi trabajo, mejor que mejor", ha dicho a sus 65 años. Inmediatamente, alud de muestras de agradecimiento y cariño hacia un profesional excepcional.

Xavier Bonastre, maravilloso.