En abril de hace un año, la abogada de Palma Malena Contestí entró como diputada en el Congreso de la mano de Vox. Duró poco en el hemiciclo. Cuatro meses y salió por patas, acusándoles de criminalizar a la mujer, ser un partido homófobo, extremista y antisistema y un claro ejemplo de proselitismo autoritario. Así es como ha definido Gabriel Rufián a la invitada de esta semana en su programa de entrevistas en la red La fábrica de Rufián.

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La fábrica de Rufián

"En Vox sigue habiendo crítica que se calla, el sillón es atractivo para muchos. Santi Abascal no sé si ideológicamente se ha descamisado, porqué gente del PP de antes dicen que era más moderado, o quizás se ha convencido de la esencia de ese partido. Puede seu un papel, en parte", ha dicho, entre otras cosas, de la formación ultra, remarcándole a Rufián que Vox no es una formación fascista, según ella, que ha denunciado el "travestismo liberal" de su ex formación y ha justificado lo que dijo hace unos meses en el Congreso:

Asegura que tiene buenas relaciones con el PP y Cs, dejándose querer por si decide volver al mundo de la política, pero sin mojarse por una de las dos formaciones. Y hablando así de otros nombres propios:

También se ha hablado, y, mucho, de Catalunya i del procés y sus líderes políticos. En el poco tiempo que estuvo en el Congreso, una de las imágenes que quedan de Contestí es esta, mirando de reojo a Junqueras y Iglesias:

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Entonces dijo: "Cuando pasó Junqueras a su lado, se saludaron. En aquel momento pensaba en qué estarían hablando, e intentaba escuchar algo. Pero no pude discernir lo que se dijeron. Me deprime un poco ver a comunistas y secesionistas abrazándose, cogiéndose, felicitándose... Es turbio". Ahora, un año después, ha definido a los dos con una palabra: "Pablo Iglesias, comunista" y "Junqueras, el pobre hombre".

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La fábrica de Rufián

No son los únicos que ha definido con una palabra en un test de Rufián: ""Abascal, un tío guapo", "Espinosa de los Monteros, el marido de la católica", "Cayetana, una mujer de hierro", "Arrimadas, una mujer valiente", "Sánchez un chulo", "Torra, una bestia tarada" o "Jordi Cuixart, un agitador".

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La fábrica de Rufián

Su amor por los independentistas, por mucho que se haya marchado de Vox, hace el mismo tufo de rancio que algunos comentarios de ex compañeros de partido. A la pregunta de Rufián de "¿Qué hay que hacer en Catalunya, habiendo dos millones de votantes independentistas?", ha respondido: "Es un tema de pedagogía muy fuerte. ¿Querer la independencia para qué? ¿Por qué la gente quiere la independencia? El nacionalismo catalán hace 30 años que está con un arduo trabajo de convencer a la gente, y la mayoría de gente no sabe ni donde se llegaría con eso de la independencia. No se puede romper así un país". Rufián le rebate: "¿Cómo tratas eso politicamente, que haya independentistas, cuando has intentado ya la vía represiva, la judicial, la de encarcelar...?. Contestí: "¿Y por qué no intentar la única vía legal, a través de la aprobación, modificación... la vía larga, la costosa, la no beligerante, es la que tenemos". Y una certeza, por si les quedaba alguna duda: "Si una nueva generación de políticos catalanes volvieran a convocar un referéndum, ¿les volverías a meter en la cárcel?", pregunta Rufián. Respuesta: "Si incumplieran la ley, sí".