La irrupción de Vox en el Congreso de los Diputados ha provocado que en las bancadas del hemiciclo haya muchas caras nuevas. Tantas como 24. Una de ellas es Magdalena Margarita Contestí Rosselló, conocida como Malena. Pero a veces este nombre no solo es un nombre de tango, como la novela de Almudena Grandes. A veces también es sinónimo de vergüenza ajena.
Nacida en Palma de Mallorca, abogada, hija de un expresidente del Mallorca, amante de la hípica y el rugby, quizás por eso debe confundir a los catalanes con la ovalada pelota sobre la que se echan encima los jugadores.
@malenacontesti
Su amor por Catalunya va en la línea de los líderes de la formación ultra: "Lo que VOX propone es aplicar un 155 tan contundente y profundo como sea necesario, recuperando el control de los Mossos, de los medios de intoxicación como TV3 o de la educación. Porque no se trata solo de parar el golpe de Estado, sino también de derrotarlo y desmantelarlo. El Estado ha de volver a Cataluña". Se hizo viral una imagen suya donde miraba de reojo con menosprecio a Oriol Junqueras mientras hablaba con Pablo Iglesias.
Haciéndole la competencia a Rivera mirando a Jordi Sànchez. Y ella orgullosa: "Estaba rodeada. Tenía arriba a los independentistas y a Podemos a la izquierda. Solo el pasillo me separaba de Pablo Iglesias. Cuando pasó Junqueras a su lado, se saludaron. En aquel momento pensaba en qué estarían hablando, e intentaba escuchar algo. Pero no pude discernir lo que se dijeron", dice en el diario El Mundo. "Me deprime un poco ver a comunistas y secesionistas abrazándose, cogiéndose, felicitándose... Es turbio", sigue. Lo que son turbias son sus declaraciones. Turbias y lamentables. Por lo que dice, por como lo dice, y por la falta de rigor.
Preguntada por el medio sobre por qué se enfada cuando alguien le dice que el mallorquín es un dialecto del catalán, ella reconoce que le molesta, y mucho:"Históricamente decías que en Mallorca se hablaba catalán y la gente alucinaba. No se reconocía este idioma como propio. Son lenguas hermanas, pero el mallorquín no viene del catalán". Contestí se disfraza de lingüista de pacotilla y continúa: "Existen falacias históricas que los catalanes necesitan para justificar todo lo que hacen, y han metido a Baleares en el saco. Llevan 20 años trabajando en ello, sobre todo, de cara a los estudiantes. Hacen creer a las personas que, si hablan catalán, son parte de Cataluña... y el siguiente paso es el independentismo".