El 7 de febrero de 1982 quedó grabado en la memoria colectiva de España como una fecha extraña y triste. Aquella tarde, millones de personas se reunieron frente al televisor para seguir un nuevo episodio —el penúltimo— de Verano azul. Pero no era un capítulo más: durante días se había anunciado que en él tendría lugar la muerte de Chanquete, uno de los personajes más queridos de la serie. Y, para desconcierto y lágrimas de muchos, así fue.

En aquellos años, las herramientas para medir audiencias todavía estaban lejos de la precisión actual, de modo que nunca se sabrá con exactitud cuántos espectadores siguieron en tiempo real las aventuras de aquella pandilla: Julia, Javi, Piraña, Tito, Quique, Bea y Desi, en el ya mítico escenario de Nerja. Aun así, los estudios internos de TVE estimaban que, en la recta final de la serie, el número de espectadores superaba con holgura los nueve millones. Con las múltiples reposiciones que llegarían después, el fenómeno no hizo sino crecer. Para 2011, se calculaba que casi ocho de cada diez españoles habían visto al menos un capítulo.

verano azul
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La historia profesional de Juanjo Artero, uno de los jóvenes que dieron vida a esa pandilla, también comenzó de manera casi casual. Antonio Mercero lo descubrió cuando el chico tenía apenas catorce años, durante un encuentro fortuito en una piscina. Le propuso presentarse a una prueba para su nueva serie y Artero aceptó sin imaginar el impacto que aquello tendría en su vida. Ese primer papel fue la puerta de entrada a una trayectoria que con el tiempo sumaría decenas de trabajos entre cine, televisión y un número aún mayor de montajes teatrales.

Juanjo Artero ha encadenado varios trabajos en televisión

Entre todos los actores juveniles de Verano azul, Artero fue el único que mantuvo una carrera interpretativa constante. Participó en proyectos como ¡Por fin solos! o en un episodio de Historias del otro lado, dirigida por José Luis Garci. Sin embargo, su gran salto llegaría con el personaje de Charlie Márquez, subinspector en El comisario, serie en la que se convirtió en uno de los rostros imprescindibles. En un guiño divertido dentro de la propia ficción, en un capítulo se muestra una foto suya de adolescente y un compañero comenta que se parece “al niño rubio de Verano azul, a lo que Artero responde bromeando que no es la primera vez que se lo dicen.

Después de El comisario, el actor encadenó producciones tan distintas como El barco, Amar es para siempre, Servir y proteger o la película No habrá paz para los malditos. Incluso retomó al personaje de Charlie en un episodio de El príncipe. Paralelamente, su dedicación al teatro ha continuado de manera ininterrumpida, consolidando una carrera que comenzó, casi por azar, en un verano azul que nadie ha olvidado.

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