La semana pasada Vicente del Bosque cumplió 75 años. Recordado siempre como el hombre que llevó a España a lo más alto al convertirla en Campeón del Mundial de Sudáfrica en 2010 y de la Eurocopa en 2012. Hace casi una década que el técnico decidió apartarse de los terrenos deportivos. Anunció su marcha de la Selección Española el 4 de julio de 2016, tras la eliminación de España en la Eurocopa ese mismo año. Puso fin de esta forma a una exitosa etapa de ocho años como seleccionador nacional. Se jubiló a los 65 años de edad, como cualquier otro español.
Ahora puede pasar más tiempo con los suyos y regresar a su ciudad natal, Salamanca, donde se encuentra mucho más tranquilo que en Madrid. El salmantino llegó al fútbol con la Unión Deportiva Salamanca, donde cobró por primera vez 50 pesetas. Una cifra que dista mucho de sus últimos contratos millonarios. Siempre ha sido una persona muy humilde y que se ha sacrificado en su trabajo. Debutó con 19 años en el Real Madrid. Estuvo vinculado al club durante cuatro décadas, como jugador, entrenador y formador. En el césped, disputó casi 450 partidos, ganó cinco Ligas y cuatro Copas del Rey, y se ganó el sobrenombre de “Vicente cámara lenta”, un guiño a su juego pausado y cerebral, aunque él siempre bromea: “Intentaba dar velocidad al juego con la cabeza”.
Vicente del Bosque, dedicado en cuerpo y alma a su familia
Pero su verdadera vocación estaba fuera del campo. Primero fue entrenador de la cantera del Madrid, después del primer equipo, y finalmente de la selección española. Gracias a su dirección, España logró el máximo título, aunque él siempre ha sido muy modesto. “Lo viví como un deber cumplido. Teníamos una obligación, y la cumplimos”.
Vicente del Bosque mantiene una relación con Trinidad López y son padres de tres hijos: Vicente Jr, Gemma y Álvaro, éste último con síndrome de Down, a quien describe como “una bendición que nos ha enseñado lo que es el amor en su forma más pura”. A día de hoy está dedicado plenamente a la familia. Hace de chófer de sus hijos, organiza sus rutinas y acompaña cada paso de su vida cotidiana.
Aunque ya no es entrenador de fútbol, continúa vinculado con la comunicación y la enseñanza. Participa en programas de radio como El Hotel de las Estrellas y Escapando Palante, donde repasa su trayectoria. Y además está comprometido al 100% con la Fundación Down Madrid.
Cuando necesita desconectar, Vicente del Bosque siempre se marcha unos días a Aplaudo, una pequeña localidad madrileña a escasos kilómetros de Guadalajara. Repleta de casas, como su fuese una pequeña urbanización y con la ciudad al fondo.
