Sálvame se encuentra en un momento muy dulce: la audiencia sigue acompañándoles día tras día, congregando millones de teleespectadores. Nueve años hace ya que Telecinco apostó por este invento, un show diario con mediáticos colaboradores peleándose para montar su propio reality. Ha llegado un momento que se dedican más a ponerse verdes entre ellos que explicar noticias del corazón... Una técnica que estaría desgastando -y mucho- a los miembros del equipo.
Las caras visibles de este exitoso experimento no pueden más. A lo largo de estos años son muchos los que han decidido abandonar y decir adiós a los buenos sueldos de Mediaset pero ganar en calidad de vida, cansados de los enfrentamientos y de la humillación pública a la que les someten muchas veces.
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Pues bien, los últimos en manifestar las ganas de abandonar el chiringuito han sido Mila Ximénez y Terelu Campos. Son dos de las colaboradoras con más peso del programa, pero ahora han confesado que se han planteado despedirse del agotador formato. Una noticia que llega, curiosamente, la semana en la que protagonizan la portada de Lecturas.
La fiesta de cumpleaños de la hija de Terelu el mes pasado provocó un terremoto en plató. Muchos colaboradores le atacaron al promocionarla como si se tratara de una estrella de rock, especialmente Mila. Las críticas y las palabras feas se sobrepusieron, yendo la hija de María Teresa a reunirse con dirección porque no podía más: "Pedí reunirme con los directores para decir que se acababa, que no podía más, que todo me había superado".
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Pues la última en confesar lo mismo ha sido Ximénez: "Me estoy perdiendo una vida personal que quiero recuperar. No me gusta lo que estoy haciendo ahora, no me gusto ya. La televisión no me gusta, eso es una manera de ganar dinero. No me compensa".
"La gente se piensa que Sálvame es su vida y no es así. Eso es una parte ínfima, sólo cuatro horas. El programa es poco empático", ha añadido. Y la polémica ha proseguido cuando ha dejado caer la posibilidad de que acabe el próximo año: "Me he agobiado al pensar que llevamos nueve años en Sálvame y todavía nos queda uno más".
No se ha quedado contenta con eso, siguiendo echando humo por la boca: "No puedo convivir ni trabajar con la mediocridad y la envidia. Aquí hay mucha hipocresía, es una cosa que me revienta porque yo siempre me he alegrado del éxito de un compañero. Este fin de semana estaba decidida a dejar el programa, no podía más ni quería continuar. Si yo me marchara, a algunos les sabría mal pero otros harían una fiesta flamenca de tres días".
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Parece que se está preparando un caos en el programa líder de Telecinco. ¿Qué harán? ¿De dónde sacarán colaboradores que enganchen y participen en este juego de autodestrucción?