Lo que debía ser una noche de glamour y sofisticación terminó convertida en un auténtico quebradero de cabeza para Tamara Falcó. La marquesa de Griñón acudió con su esposo, Íñigo Onieva, a una exclusiva cena en Madrid organizada por una firma de relojes de alta gama en el espacio AP House Madrid – La Suite, en la calle Serrano, para conmemorar el centenario del icónico hotel Le Bristol Paris. Sin embargo, el comportamiento del empresario dejó atónitos a los presentes: miradas perdidas, monosílabos y una desgana palpable que opacaron el carisma de su esposa y provocaron comentarios nada discretos entre los asistentes.
En un ambiente marcado por los brindis y la alta cocina, Falcó brilló desplegando su habitual simpatía, mientras su marido, con semblante sombrío, parecía estar deseando abandonar el evento. “Estaba como si quisiera marchar a casa en todo momento”, reveló uno de los invitados a ‘Semana’. Y agregó: “Desde el primer momento su gesto fue el de quien acude por compromiso. Apático, ausente, pasota”. La escena contrastaba tanto que varios comensales, entre murmullos, se preguntaban si algo había ocurrido entre ellos antes de llegar a la velada.
La actitud de Íñigo Onieva genera incomodidad en una cena de élite
Fuentes cercanas a la organización detallan que, mientras Tamara Falcó se esforzaba por mantener animada la mesa, conversando sobre los platos y alentando el diálogo entre los invitados, Onieva permanecía en silencio, contestando apenas con gestos y respuestas cortas. “La actitud de ambos era como la noche y el día. Dos polos opuestos. Lo cierto es que llamó mucho la atención", explicó un asistente a la exclusiva velada.
El contraste no pasó desapercibido. Algunos asistentes, incluso con cierta sorna, señalaron que Onieva estaba “con cara de lunes por la mañana”, desatando comentarios sobre su aparente falta de interés por acompañar a la marquesa en una cita que reunía a lo más selecto de la sociedad madrileña. Este episodio, sumado a los rumores de fricciones pasadas por la vida social del empresario, ha vuelto a poner a la pareja en el punto de mira.
La pareja navega entre desplantes, viajes exclusivos y recuerdos de antiguas traiciones
Paradójicamente, el homenajeado de la noche —el hotel Le Bristol Paris— guarda un vínculo sentimental especial para la pareja: fue el lugar donde celebraron su primer aniversario de bodas. Un destino de lujo donde se alojaron en una suite valorada en más de 15.000 euros por noche, un verdadero capricho con vistas de ensueño, salas privadas y comodidades de ensueño. Aun así, ni el glamour ni los recuerdos parecieron animar a Onieva en esta última aparición pública.
Tras la polémica velada, Tamara e Íñigo decidieron alejarse de la atención mediática y volaron a la Provenza para celebrar su segundo aniversario. La hija de Isabel Preysler, que compartió en redes imágenes idílicas del viaje, intentó transmitir normalidad y romanticismo, aunque las imágenes contrastan con el frío episodio vivido en Madrid. Los rumores de desavenencias entre ambos, reavivados desde que Onieva fue captado siendo infiel semanas antes de su boda en 2023, resurgen una vez más.