Sergi Mas ha celebrado 61 años y como acostumbra a pasar en fechas señaladas Mas ha dejado su Andorra adoptiva, donde hace años se instaló huyendo de una mala experiencia en Ràdio Estel con un director con quien tuvo encontronazos monumentales y que derivó en un infarto a causa del estrés. En Andorra ha encontrado salud, trabajo en la RTV andorranas y paz. Pero sus tres hijos no la han acompañado, demasiada calma para chavales de veintipocos años. Para los 61 años celebrados en pleno verano ha escogido un restaurante donde ha reunido en una comida, y en una foto por primera vez en Instagram, a sus tres hijos Genís, que es el hijo que tuvo con su primera mujer, y las dos chicas que tuvo con Patricia, su segunda mujer: Abril y Clàudia de 18 y 21 años. Las chicas son fotogénicas como Sergi Mas no hacía suponer. Muy guapas. El hijo es una fotocopia del padre: Genís Mas sufre la misma alopecia prematura que el periodista y locutor y se la toma con la misma buena filosofía que su padre:

Sergi Mas escribe La vida es un xist, con 3 corazones uno por hijo. Eso de xist, una mala traducción al catalán de "chiste" y evoca a uno de los personajes que ha interpretado y lo ha hecho más popular para los jóvenes, el Jose Montilla de Polònia. En realidad cada generación tiene a un Sergi Mas. Para muchos españoles Mas es Andrés Caparrós o Papuchi del programa de Antena 3 Al ataque. Para los catalanes Sergi Mas siempre será el de Borça Barça, el clásico, no el de TV3 sino el de La 2 Catalunya, muy cutre y muy amado, cuando hacía audiencias siderales con Alfonso Arús. Sergi Mas para muchos era José Manuel Lara, el perico más poderoso del Planeta, dueño de la editorial y quien habría salvado al Espanyol de estos magnates del quinto pino que no saben ni localizar Cornellà en un mapa. El Lara de Mas era el mejor, le salía del corazón porque Sergi Mas ya era españolista de corazón, como Alfonso Arús, que siempre recordaba a su padre como un gran periquito. Para hacer Força Barça el locutor debía gritar los goles como culé, pero Mas un buen día se quitó la máscara de tantas imitaciones y confesó que era perico. O se hizo perico, una supuesta conversión que no existe en ningún otro seguidor blaugrana de los últimos 125 años. Sergi Mas fue pionero también en eso. Ahora descansa cerca de su barrio natal que es el Turó de la Peira. Concretamente se moja los pies en una piscina a Nick Spa, en el Guinardó. Está tan bien como en Andorra, o mejor.


Sergi Mas es más peludo de piernas que de cabeza. Eso lo lamentan los calvos, que les crece el pelo por todas partes, de las orejas a la nariz, y no en la coronilla. Los que lo escuchaban de pequeños todavía recuerdan cómo se sintió estafado cuando su peluquero le recomendó que se rapara al cero o al uno para disimular la alopecia y que así le crecería el pelo más fuerte. Una mentira piadosa para contentar los calvos. Sergi Mas que no se queje, dos exmujeres y tres hijos fabulosos. No le ha ido mal siendo calvo, miope, chiquitín y del Espanyol. Una de las voces y caras más queridas de Catalunya. Presentador de todo, de TV3, de TVE, de Telecinco, de Antena 3, de Telemadrid, de radio, de pódcast, ahora en El Periódico. Siempre más Mas.