Sabe cómo hacer reír y le gusta. Por eso, siempre ha llevado en su sangre lo de ser actor porque le aporta “la vida entera”. De hecho, confiesa que si no se pudiera dedicar a ello le “pasaría de todo”. Y es que, como persona curiosa que es, su profesión le permite “experimentar con muchas vidas. De pequeño un día quería ser bombero, otro astronauta y otro médico. Entonces, como no me gusta escoger, lo pruebo todo”.

Aterrizó en TV3 en el año 2014, gracias a la serie ‘La Riera’, donde dio vida a Narcís. Y, al año siguiente, fichó por el espacio de sátira política ‘Polònia’. Programa en el que ya lleva tres temporadas y en donde se ha puesto en la piel de políticos como Albert Rivera o Raúl Romeva.

Pero Sergi Cervera es de emociones fuertes. No contento con dar vida a personajes de aquí, ha querido cruzar el charco para encarnar al mismísimo Donald Trump. Personaje que le “divierte mucho” y que gracias a caracterizarlo, ha conseguido “entenderle mucho mejor”. Lo hace para la obra de teatro ‘The Trumps’. Un espectáculo que, según nos cuenta el actor catalán para EnBlau, “empezó como una broma, hace cosa de un año, aprovechando que Kim Jong-un y Donald Trump estaban todo el día insultándose porque hacía mucha risa”. 

Sergi, ¿cuál es el secreto para hacer una buena imitación?

Coger la esencia de la persona y respetarla. Durante el año, a parte de actuar, doy clases de interpretación y siempre digo a mis alumnos que los personajes no se pueden juzgar.

Teatro o televisión, ¿qué prefieres?

Desde pequeño tengo una inclinación natural hacia las cámaras, pero no me quites el teatro porque también me gusta mucho. Si me pides que me moje, te diría que prefiero la televisión porque allí donde haya una cámara, me siento un poco más cómodo.

¿Qué supone poder actuar en TV3?

Para todos los que hemos nacido en Cataluña, y nos hemos querido dedicar al mundo de la interpretación, TV3 siempre ha sido la meta. De todas formas, estuve muchos años intentándolo y me costó mucho llegar a la televisión de aquí. Por eso tuve que irme un tiempo a Madrid y a los Estados Unidos, donde sigo viviendo, para buscarme la vida. Cuando conseguí entrar en TV3, no pude dejar de pensar que el sueño que tenía desde que era un niño se había cumplido porque, como actor, no hay sitio más especial para actuar. Además, algunas veces, he tenido la ocasión de trabajar con actores que he seguido desde pequeño y eso, inevitablemente, es muy especial.

Hace poco te vimos en el programa ‘Matriculats’, ¿cómo se fraguó tu participación?

Todo fue un poco por casualidad porque desde hace mucho tiempo quería sacarme el carnet de moto grande y el año pasado me apunté. Un día, los de la autoescuela, me dijeron que los de TV3 se pusieron en contacto con ellos para preguntarles si tenían a algún alumno famoso sacándose el carnet y ellos les dijeron que sí. Entonces, los de la misma autoescuela, me propusieron para participar en el programa. Pero además, aquella misma semana, una amiga mía, que trabaja como periodista en TV3, me contactó para decirme que tenía que formar parte del espacio. Y, por si no fuera poco, una tercera persona me escribió para decirme lo mismo. Entonces claro, no tuve otra opción que decir que sí. 

¿Cómo fue la experiencia?

Fue maravillosa. Me hicieron un seguimiento durante un mes e hice hasta cinco sesiones de grabación. Me reí mucho y, además, el programa me encanta. De hecho, el día que lo emitieron, quedé con mi profesor de autoescuela y con su familia para ver juntos el programa mientras comíamos unas pizzas. Todo perfecto.

sergi cervera matriculats  tv3

TV3

¿Hay algún proyecto que, a día de hoy, se te resista?

Sí, poder tener un papel protagonista como malo es algo que se me resiste. Cuando era pequeño, y jugaba con mis amigos en el patio del colegio, siempre me pedía los personajes malos. He hecho alguna cosa puntual, como por ejemplo cuando aparecí en la serie ‘El Caso’ de TVE, pero solo fue un capítulo. De todas formas, pienso que el día que me propongan hacer de malo no se van a arrepentir porque puedo llegar a serlo, y mucho [ríe].

¿Puedes imitar a gente que no te cae bien?

Creo que me resulta más fácil imitar a alguien que no me cae bien porque lo que intento es buscar la esencia del personaje y su forma de ver el mundo. Es decir, intento empatizar más con esa persona. En cambio, si alguien me cae muy bien, tengo mucha más empatía y siempre tiendo a suavizarlo todo. Para ponerte un ejemplo, es como cuando un profesor se hace muy amigo de un alumno suyo. Eso no le permitirá ser tan crítico con él.

¿Te reconocen más por tu trayectoria como actor o por tus imitaciones?

Me atrevo a decir que a los actores nos reconocen por los dos últimos trabajos importantes que hemos hecho. La vida de un actor es mucho más larga que la memoria de su público. Ahora mismo me reconocen por mis imitaciones en ‘Polònia’ porque encienden la tele y me tienen allí. Pero, por ejemplo, y espero que no sea así, si me voy de ‘Polònia’ y entro en otro formato, al cabo de año y medio, solo los seguidores del programa se acordarían de mí y de mis imitaciones.

Hablando de ‘Polònia’, ¿qué significa para ti el programa?

En el plano personal es el único programa del que no me he perdido ni un solo capítulo en años. La primera vez que entré en el espacio fue para participar en uno de los muchos castings que tuve que hacer. Y con eso ya fui feliz porque pude ver el plató y las decoraciones que veía como espectador desde casa. A nivel colectivo, creo que ‘Polònia’, junto con el caganer, la montaña de Montserrat y los “castellers”, es uno de los estandartes por excelencia de Cataluña.

¿Consideras que ‘Polònia’ es un programa que vaya en contra del partido Ciudadanos?

En absoluto. He escuchado que el ‘Polònia’ es un programa que está en contra de todos los partidos políticos. Unos dicen que es “anti-Ciudadanos”, otros que es “anti-PdeCat”… Lo cierto es que sé como se cuece el programa desde dentro, y los guionistas intentan dar “bofetadas” a todo el mundo por igual. No se posicionan ni a favor de unos, ni de otros. Es más, gente destacada de Ciudadanos me ha felicitado por mis imitaciones a Albert Rivera. Eso sí, lo han hecho de una forma más discreta. Aunque, a decir verdad, no solo se me ha acercado gente de Ciudadanos, sino de todas las ideologías. El problema, creo yo, es que ahora hay como una especie de guerra abierta contra TV3 y nada de lo que produzca la cadena puede ser ni bueno, ni positivo.

Háblame de tu imitación a Albert Rivera…

Albert Rivera me parece un personaje interesante porque me parece muy intenso y con bastantes contradicciones. Es un honor que los jefes del ‘Polònia’ me propusieran imitarle y ojalá dure muchos años porque me lo paso muy bien imitándole [ríe].

¿Es un personaje difícil?

Sí, es uno de los personajes que más me ha costado imitar. Pero no solo a mí, sino también a las maquilladoras. A primera vista, Albert Rivera no tiene nada porque es una persona normal que habla correcto. Además, tiene una cara de niño, totalmente plana y limpia. Llevo años haciendo imitaciones, y si hace años me hubieran dicho que Albert Rivera sería uno de mis personajes estrella, no me lo hubiera creído.

¿Por qué dices que es uno de los personajes que más te ha costado?

Albert tiene una manera muy particular de mover las manos, que no se la he visto a ningún otro político. En cuanto a su forma de hablar, su acento catalán tiene un punto chava y, a veces, no hace las vocales neutras. Cuando habla va muy “atropellado” porque tiene muy claro lo que quiere decir, pero su cerebro va más rápido que su boca. Eso es porque pone mucha pasión en lo que dice. Además, Albert Rivera tiene un punto “chulito” a la hora de encararse con sus oponentes.

sergi cervera polona tv3

TV3

¿Te han hecho algún feo por dar vida al líder de Ciudadanos?

No, nunca. Una vez, en un casting, había una madre con su hija de ocho años y la niña me dijo que yo era el de Ciudadanos. Entonces me planteé que quizá había algo que no estaba haciendo bien con mi vida, para que una niña me identificaste como tal. Pero, más allá de esta divertida anécdota, siempre he tenido una respuesta muy favorable y buena tanto de parte de la gente que está a su favor, como los que están en su contra [ríe].

¿Has votado o votarías a Albert Rivera?

[Ríe] No hablo de política en las entrevistas porque el trabajo va al margen de la política [ríe]. De todas formas, las imitaciones nunca me han influenciado a la hora de votar. Es verdad que soy una persona que no tiene un voto muy fiel porque a lo largo de mi vida he ido variando, pero cuando voto siempre intento pensar que mi voto es el definitivo y que será el que vaya a decidir todo.

En ‘Polònia’ también has dado vida a Raúl Romeva, ¿qué ha supuesto eso para ti?

Me cuesta hablar de Raúl Romeva porque con todo lo que está pasando hay un vínculo emocional más fuerte. Su personaje siempre me ha despertado muchísima admiración y simpatía. Es una persona que habla cinco idiomas, que siempre ha llevado la ecología por bandera, que ha trabajado para la ONU, que ha estado en los Balcanes participando con temas relacionados con la paz, que ha escrito varios libros… Entonces, una persona que con esas cualidades tenga que estar en la cárcel, me despierta mucha más admiración que la que ya le tenía.

De hecho, hace poco estuviste en la cárcel de Estremera…

Sí, ha sido la primera vez que he estado allí. Llevaba meses intentándolo gestionar y desde aquí quiero dar las gracias a Diana, la pareja de Raúl, porque es una mujer coraje que lo sustenta todo. Es una pasada la fuerza que tiene para sobrellevar toda esta situación.

¿Cómo fue la experiencia?

Me cuesta poner palabras porque todo fue muy extraño. Estuve los 40 minutos autorizados dentro de ese minúsculo habitáculo y estuvimos hablando y riendo y vi a una persona entera. A ratos me parecía estar en una cafetería tomando un café, pero luego, cuando salí y lo vi todo desde fuera, me pregunté cómo podía ser posible todo aquello.

¿Qué piensas de su situación?

Están en la cárcel por su actividad política vinculada con el compromiso electoral, refrendado en las urnas y no impugnado por el Estado. Eso dice poco de la calidad democrática de una comunidad. Si yo fuese alguna de las personas que les ha puesto en la cárcel, estaría constantemente cuestionándome a mí mismo. Creo que todo eso se tiene que terminar y que, por favor, salgan porque la prisión no es el sitio donde tienen que estar. Si quieren, que les juzguen por desobediencia porque ellos mismos admiten que lo han hecho. Pienso que puedes estar a favor o no de su ideología, pero todo lo que ha pasado han sido acciones políticas con la voluntad de conseguir un objetivo, con el que unos están a favor y otros en contra.