Durante más de una década, Pablo Ibáñez, conocido por todos como ‘El Hombre de Negro’, fue uno de los rostros más icónicos de ‘El Hormiguero’. Siempre vestido de negro, con gafas oscuras y una actitud enigmática, se convirtió en una figura inseparable del éxito del programa. Aunque el protagonismo de los invitados solía eclipsar al propio Pablo Motos, Ibáñez logró destacar con sus apariciones misteriosas, experimentos espectaculares y un carisma que cautivó a millones de espectadores.
Sin embargo, tras once años en antena, decidió abandonar el plató que lo catapultó a la fama. Su salida fue discreta, sin escándalos ni reproches públicos. Alegó razones personales y el deseo de explorar otros caminos profesionales. Pese a que Motos y el productor Jorge Salvador intentaron retenerlo, su decisión fue firme.

Pablo Ibáñez, ‘El Hombre de Negro’, sale de su zona de confort
Lo que vino después fue un cambio de rumbo radical. Tras una breve etapa en TVE, como parte del programa ‘Hora Punta’ de Javier Cárdenas, Pablo se topó con la cara menos amable de la televisión: la cancelación por baja audiencia. Aun así, no desapareció del todo. Participó en ‘Bailando con las estrellas’, donde mostró un perfil completamente distinto, mucho más cercano y emocional, lejos de la frialdad que proyectaba en su anterior personaje.
En 2019 volvió a unir fuerzas con Juan Ibáñez, otro veterano de ‘El Hormiguero’, para colaborar en el formato ‘Vaya Crack’, conducido por Roberto Leal. El espacio buscaba al "más inteligente de España", pero tampoco logró una gran repercusión. A pesar de estos altibajos televisivos, Pablo siguió colaborando en proyectos solidarios, como Juegaterapia, demostrando que su compromiso social iba más allá de los focos.

Cambia la tele por una tienda en el centro de Madrid
Pero el giro más inesperado de su carrera llegó con su incursión en el comercio tradicional. En pleno centro de Madrid, abrió junto a su tocayo Juan una tienda de ‘caganers’, las peculiares figuritas navideñas catalanas que representan a personajes populares en actitud irreverente. Ubicada en la calle Mayor, la tienda se ha convertido en un lugar de paso para curiosos y famosos como Iker Casillas o Santiago Segura.
Lo que comenzó como una anécdota se ha transformado en una nueva etapa profesional. Lejos de platós y cámaras, Pablo Ibáñez ahora es dependiente de tienda, atendiendo personalmente a los clientes, explicando el origen de los caganers y gestionando un negocio que mezcla humor, tradición y cultura pop.