Hubo un tiempo en el que Valeri Karpin brillaba en el fútbol europeo con una intensidad comparable a la de figuras como Iker Casillas. Su nombre era sinónimo de garra, talento y visión de juego. Fue una de las grandes figuras del inolvidable EuroCelta, aquel equipo que a finales de los 90 y principios de los 2000 llenó de orgullo a Vigo y que conquistó la Copa Intertoto en el año 2000. Sin embargo, el destino, implacable, le tenía preparado un giro radical.
Tras colgar las botas, Karpin quiso dar el salto al mundo de los negocios en España. Con la misma ambición con la que dominaba el medio campo, se lanzó a crear empresas y proyectos. Pero lo que prometía ser un futuro dorado acabó convertido en una pesadilla financiera que le ha costado una fortuna estimada en más de 36 millones de euros.
De ídolo en Vigo a la ruina por un negocio fallido
Su primera gran aventura empresarial fue en 2004, cuando fundó Valery Karpin Moda SL, una empresa dedicada al comercio textil. Aunque en sus inicios mostró buenos números, rozando el millón y medio de euros en ingresos, la historia no tuvo un final feliz. En el momento de su cierre, la compañía acumulaba pérdidas de alrededor de 75.000 euros.

Ese mismo año, Karpin redobló su apuesta con un proyecto aún más ambicioso: fundó, junto a Míchel Salgado y José Crespo, la inmobiliaria Valery Karpin & Asociados SL. Llegaron a gestionar un activo valorado en más de 35 millones, principalmente centrado en un enorme plan urbanístico para transformar el emblemático Barrio do Cura, en Vigo. Sin embargo, lo que parecía una jugada maestra acabó en desastre. La justicia gallega paralizó el proyecto tras una cascada de denuncias, y la empresa terminó en números rojos.
No tuvo suerte en su nueva incursión en el fútbol
Lejos de rendirse, el exfutbolista y sus socios mantuvieron la esperanza. Y, aunque no lograron ejecutar el plan por sí mismos, en 2018 la promotora Gestilar y el fondo norteamericano Autonomy Capital adquirieron la compañía, dándole luz verde a la reforma del barrio vigués. A pesar del rescate financiero, para Karpin fue más un alivio moral que un éxito económico.
Mientras tanto, su carrera como entrenador en Rusia tampoco le ha devuelto la gloria pasada. Designado seleccionador de su país, Karpin se vio apartado del mayor escaparate futbolístico por la expulsión de Rusia del Mundial de Catar 2022, decretada por la FIFA tras la invasión de Ucrania. Un golpe deportivo que se sumaba a su ya complicada situación personal y económica.