El programa La fábrica de Rufián acostumbra a invitar a políticos o periodistas relacionados de una manera u otra con la política. No siempre, pero siendo Gabriel Rufián el presentador, lo más lógico es eso. Este jueves, sin embargo, quien ha charlado un buen rato con él ha sido Santi Millán, uno de aquellos actores/presentadores todoterreno que siempre, haga lo que haga, consigue provocar diferentes sensaciones en los espectadores: ser creíble en sus papeles, caer bien y generar empatía. Quédense con esta palabra.

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La fábrica de Rufián

Porque el presentador de Got talent no sólo ha demostrado tener talento haciendo su trabajo, sino también haciendo razonamientos juiciosos sobre política, sobre Catalunya o sobre España. Con una palabra que ha repetido muchas veces: empatía. Por ejemplo, la que tuvo al visitar a Raül Romeva en Lledoners:"Los hijos de Raül van al mismo colegio que los míos. Su hijo pequeño va a clase con mi hija. Más allá de la política, el asunto personal es devastador. Es una cuestión de empatía. Hay muchas cosas que pienso como él, otras que no, pero me parece un tío excepcional". Millán recomienda hacer este ejercicio. Pero lo ve difícil. La información llega demasiado sesgada: "Recomendé leer cosas que a priori puedas no estar de acuerdo. Pero es muy difícil porque cuando yo estoy en Madrid, entiendo que la gente piense así de los catalanes, porqué la información que les llega es como para pensar así".

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La fábrica de Rufián

Sopapo a los medios y a los políticos, por irresponsables: "Es complicado saber qué es cierto y qué no. Si no sabes los hechos de primera mano, es difícil saber quien te cuenta la verdad. Los medios también son muy irresponsables. Yo paso mucho tiempo en Madrid, y oigo cosas, en tertulias y demás. Entiendo que su opinión no concuerde con la mía, pero que mientan, que digan cosas que no son verdad, me parece una irresponsabilidad terrible". ¿Es posible un diálogo poniéndose en la piel del otro? "Sí. Pero la necesidad del titular, de los políticos, hace que les extremos sea lo que se potencie. Un mediador o un relator es básico. Alguien que entienda a las dos partes y que ayude a reflexionar y a entender qué pasa por la cabeza del otro".

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La fábrica de Rufián

El actor catalán ve el referéndum como una cosa necesaria, a pesar de asegurar que "yo no soy independentista". Y detecta que "Uno de los problemas es que la gente de fuera de Catalunya se cree que aquí se quiere la independencia sí o sí. Y no. Nosotros lo que queremos es el derecho a decidir. El 70% de la gente en Catalunya está a favor de un referéndum, y yo estoy convencido de que si se hubiera hecho en su momento, la independencia no habría ganado en Catalunya". Por hablar así a menudo ha recibido menosprecio y alguien (comerciantes) que le ha dicho que se corte un poco:"Jefes no: nadie me ha llamado de Mediaset, aunque sí que es cierto que algunos dicen: 'uffff, igual no hacía falta que dijeras eso'. La censura hoy en día és mas comercial que de poder, marcas comerciales y demás. Lo más importante es que se pronuncie aquella gente que no está muy posicionada en un bando". Y él ha recibido, cuando otros como Pepe Reina son espoleados cuando hablan de España: "A otros, según lo que digamos, se nos vilipendia. Al final las cosas son como se cuentan. Te encuentras solo, con los bajones calzaos, y te están dando bien y sin untarte de cremita".

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La fábrica de Rufián

Aparte de él, algunos compañeros de profesión que conoce bien, como Willy Toledo o Anabel Alonso. También Toni Cantó, con quien coincidió como actor: "Lo que dice y como lo dice no lo comparto para nada, aunque le conozco muy poco". Con un test final donde define Catalunya como el lugar donde nació y España como "¿una, grande y libre? No, en serio, España tendría que ser un conjunto de gente que queremos lo mejor para nosotros sin perjudicar a algunos". Pase de oro para un Santi Millán que ha mantenido una conversación deliciosa con Gabriel Rufián: