Josep Borrell, tocado y hundido. La multa de que le ha clavado la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por el 'caso Abengoa' lo coloca en medio de la diana.

El ministro español de Exteriores escupió a los ciudadanos cuando utilizó información privilegiada para enriquecerse con la venta de acciones de Abengoa. La empresa casi fue a la quiebra.

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Josep Borrell | EFE

Hace tiempo que el republicanismo catalán le tiene ganas, y ahora ha sido el momento perfecto para saltarle a la yugular.

Gabriel Rufián no ha tenido que esperar demasiado para devolverle la jugarreta de la semana pasada, cuando el republicano fue expulsado del Congreso después de una disputa con Borrell.

Rufián lo ha visto clarísimo: "traidor, mentiroso, Borell dimisión". La lista de reproches es larga: "por Sociedad Civil Catalana, por traicionar sus siglas, por mofarse de Oriol Junqueras, por vetar al presidente de Catalunya, por injuriar a Jordi Salvador, por mentir con Abengoa, Borrell dimisión". El ministro socialista más próximo al españolismo de derechas tiene todo el rencor de los de ERC.

Pilar Rahola tampoco pierde su oportunidad y carga con fuerza. Aprovecha la multa del 'caso Abengoa' y las declaraciones racistas que el ministro ha hecho hoy a la Universidad Complutense de Madrid. "La última perla del gran perlista y feliz accionista de Abengoa: 'Los EEUU sólo mataron a cuatro indios'. Eso de Borrell es de circo". Un circo donde Borrell es el payaso triste, el malabarista a quien le caen las pelotas y las mazas, el funambulista que se cae de la cuerda.

Sus detractores hace tiempo que lo quieren perder de vista. Incluso Pedro Sánchez se quería deshacer de él. Pero Borrell aguanta.