El capítulo 11 de los 14 de la entrevista durante tres meses a Rocío Carrasco ha servido para conocer, finalmente, la única condición que Rociíto, la entrevistada, pone a su hija tras 9 años sin hablarse. Desde aquel fatídico julio de 2012 cuando Rocío Flores, con 15 años, agredió a su madre en la cocina. Después de tantas horas de TV la audiencia ha entendido las razones de la madre: no tiene fuerzas para recuperar el contacto con la hija, ahora ya adulta y parece evidente que rehabilitada de la agresividad de adolescencia en una familia tóxica.

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Rocío Flores, GTRES

Rocío Flores ha confesado en El programa de AR que está en tratamiento psicológico. Madre e hija están haciendo su trabajo, a la vista de toda España, pero trabajo psiquiátrico. Eso solo se superará con un abrazo madre-hijos y que vuelvan a poder verse. Rocío Carrasco pone una condición:  "Es ella la que nunca ha querido tener ningún tipo de contacto conmigo. Yo hoy no puedo, muy a mi pesar, tener relación con una persona que tiene a la otra persona al lado (Antonio David). Me han querido meter en la cárcel. Es antinatura que me diera una paliza. No es eso. Me ha puesto una denuncia en connivencia con su padre".

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Rocío Carrasco llora, Telecinco

La condición que exige la madre a la hija es clara: "Se podrá recomponer la relación pero partiendo de la base que esa persona no esté en la vida de mi hija ni en la mía". Fuera de Antonio David Flores. Muy difícil condición si es literal. Rocíito responde la pregunta clave ¿Tú quieres a tu hija? "Claro, cómo no la voy a querer. Por eso llevo 20 años callada, no por gusto a sufrir. Lo he hecho por ella y por él (David Flores, el hijo discapacitado)". Y culpa al padre "Tendría que haberse encargado que su hija fuera de otra manera y que tuviera la figura de su madre intacta. La condena penal a mi hija solo me da sufrimiento, ningún bienestar. No me reconforta". Vídeos:

El programa tuvo ese momento de gran autenticidad. Una madre desesperada porque sabe que no podrá recuperar a los hijos. La condición es imposible. Antonio David no se desintegrará de la vida de sus hijos, como no lo tiene que hacer Rociíto. Tienen que aprender a hacer lo que han sido incapaces de hacer toda la vida: coexistir.