Natalia Almarcha es una mujer feliz. Romper con su pareja es la mejor decisión de que ha tomado a lo largo de 28 años de vida. O lo parece. La relación con Risto Mejide no funcionaba, sufría de graves problemas de salud y los diferentes intentos de reanimación no han hecho más que dilatar el colapso y la separación. La manchega residente en Valencia, harta de la falta de interés de su chico superfamoso, y de algunas otras situaciones íntimas que los que las conocen prefieren no revelar del todo, ha dicho basta. Se ha acabado la comedia. Que te vaya bonito, Risto. A ella no le va nada mal. Y exhibe en redes sociales su entusiasmo.

Entusiasmo por los sueños que se están haciendo realidad, coincidiendo precisamente con su liberación sentimental. Almarcha está poniendo todos sus esfuerzos en el despacho de farmacia que ha abierto en Náquera, trabajando de sol a sol e incluso a horas intempestivas. Muchas horas poniendo a punto el local que supone su despegue definitivo como profesional sanitaria. También le servirán de terapia ocupacional, para no pensar en las desavenencias y la decepción con Mejide, o para no hacer caso de los desaprensivos que la insultan en redes sociales. Está entretenida. Y no es su única ocupación, ni compañía, ni proyecto de futuro que la hace feliz.

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Natalia Almarcha / Instagram

Almarcha está inmersa en una fantasía; le acaban de escribir de un estudio de tatuajes ofreciéndole hacer realidad otro de sus grandes deseos. Una oferta laboral: "Hemos tenido varios clientes que llevan tatuajes tuyos y nos gusta mucho tu estilo. Te paso mi teléfono para explicarte las condicionas por si te interesa". Su reacción es una bofetada sin manos a su ex, "nunca he tenido suerte en la vida, pero últimamente solo me pasan cosas buenas". Ha habido un punto de inflexión. Seremos malpensados, pero es inevitable acabar imaginándose la cara del de 'Todo es Mentira'. Las buenas noticias de la joven, sin embargo, no se acaban. También saluda a una nueva ilusión: "Mi nuevo bebé".

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Natalia Almarcha / Instagram
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"Bebé" es una palabra muy utilizada por Natalia. No es madre, pero así se refiere a su perro. No tenemos datos, pero tampoco dudas de que la utilizaría en la intimidad con Mejide. Y por si no quedaba clara su predilección, es la que ha escrito para dar la bienvenida a un nuevo juguete. Otro nexo con su pasado: un piano. Entre las cosas que Risto valoraba de su ex, una era su talento artístico. Tiene formación musical, hizo estudios en el conservatorio y toca el piano. Y bien, ya saben que la promoción de la nueva novela de Mejide, 'Dieciseis notas', giró en torno a las habilidades del presentador con las teclas. Todo eso es pasado; ya no lo necesita. Se ha comprado uno. Dice que ha vendido el que tenía a medias con su hermano, y que finalmente le ha llegado uno nuevo. No es un Steinway, tampoco un Yamaha. Es modesto, un Casio de unos 1000 euros. Pero es suyo, de nadie más. Y le debe sonar a música celestial. Vaya soltería la suya. Un festival.

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Natalia Almarcha estrena piano / Instagram