El escenario era impecable: Rafa Nadal, leyenda del tenis mundial, invitado al America Business Forum en Miami, apenas un suspiro después de estrechar la mano del presidente argentino Javier Milei. Sonrisa, foto protocolaria, abrazo mediático. El balear aprovechó la tribuna para hablar de retos, valores y “dar el máximo hasta el final”, aunque se llevó críticas por ese gesto. “Como tenista eras muy bueno, pero como persona eres muy malo”, le escribieron en redes sociales.

rafa nadal ceo melia efe
rafa nadal ceo melia efe

Hasta ahí, todo parecía normal. Pero no lo era. Porque el gesto –más político que deportivo– sacudió la percepción pública de Nadal. Como apunta el escritor Rafael Narbona: “Rafa Nadal, un héroe de pacotilla… Hace negocios con Arabia Saudí y confraterniza con Milei".

Rafa Nadal se defiende de las críticas 

Y ahí entramos al núcleo del asunto: la disonancia entre imagen y acto. Sí, Nadal ganó Grand Slams; sí, reinventó su carrera cuando el pie amenazó con derrumbarlo; sí, proclamó que el éxito era sentirse bien “con uno mismo” y “rodeado de personas que le suman". Pero ese discurso, tan bien envuelto, no puede tapar que el ex-tenista abraza hoy problemas más profundos que un revés mal ejecutado.

No cabe ignorar que, cuando se alía fotogénicamente con un líder que polariza, esa imagen de “campéon íntegro” se resquebraja. Y es menos perdonable si el gesto sustituye a la acción. En tiempos donde lo simbólico se convierte en moneda de cambio, Nadal saca tarjeta amarilla: su identidad deportiva está intacta, pero su papel como figura pública –como persona– queda en evidencia.

Porque, al fin y al cabo, un campeón no se mide solo por títulos, sino por lo que hace fuera de la pista. Y si el silencio tras la cámara es más elocuente que la ovación del estadio, ahí surge la sombra: eres muy bueno en lo que hacías, pero estás siendo muy malo en lo que haces ahora.

Si Rafa Nadal pretende que su discurso sea creíble, tendrá que asumir que no basta con darlo todo en el partido. Que de nada sirve “dar el máximo hasta el final” si el final ya está escrito en la opinión pública. Y que la raqueta no tapa lo que el puño cierra.

rafa nadal milei
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