Uno de los programas más imprescindibles, antes y ahora, de la parrilla radiofónica catalana es, según servidor, devoción que compartimos muchos oyentes, La nit dels ignorants. Aquel programa de madrugada de Catalunya Ràdio que resuelve, o intenta resolver, todas las dudas que tenga la audiencia, dudas existenciales, curiosidades, cosas trascendentales o más frívolas, en definitiva, que da respuesta a las diferentes preguntas que van formulando los oyentes. Desde su creación, un lejano 1987, gracias a Carles Cuní, ha sido conducido con mano maestra y voces cálidas y empáticas con los oyentes, por el mismo Carles, y después, Sílvia Tarragona, Ariadna Ferrer, Joan Bosch, Mireia Mallol, Xavier Solà y desde este septiembre, por la gran Marta Romagosa.

Marta Romagosa en 'La nit dels ignorants' Catalunya Ràdio
Marta Romagosa en 'La nit dels ignorants' Catalunya Ràdio

Dentro de cuatro días, este domingo 14 de diciembre, los catalanes tenemos una cita imprescindible con una nueva La Marató que se podrá seguir por TV3 y Catalunya Ràdio, edición presentada por Ramon Pellicer y Roger Escapa, y que irá destinada a la investigación para hacer frente al cáncer. En este sentido, hace poco, un oyente hizo una pregunta muy curiosa. Esta: "¿Qué se sabe de aquel 'escolanet', aquel monaguillo de Montserrat que cantó con Sergio Dalma 'Em dones força' para La Marató del 2011". El oyente hacía referencia a este momento inolvidable, lleno de ternura, amor, sintonía, calidez y magia, que se vivió en aquella Marató de hace 14 años, una Marató destinada al trasplante de órganos y a la regeneración de tejidos, presentada por Xavi Coral y Espartac Peran, donde el cantante de Sabadell y este joven escolanet nos hipnotizaron:

24 horas después de la pregunta del oyente, llamó a La nit dels ignorants otra oyente, que les explicó que trabajan juntos en un centro de podología: "Ya no canta porque le cambió la voz". A partir de aquí, estiraron el hilo y han encontrado al chico, aquel joven monaguillo que ahora ya es un adulto, y que se llama Lluís Travesset. Y efectivamente, la voz le ha cambiado, ya no tiene aquella "voz prodigiosa que nos maravilló a todos", como decía Marta Romagosa, pero lo importante es que con su voz actual ha tenido una conversación deliciosa en La nit dels ignorants. Dice que "es épico, bonito y me hace ilusión" que alguien quiera saber de él tantos años después. ¿Recuerda aquel día con Sergio con nostalgia? "Fue un día muy bonito, vinieron las familias al plató. Muy buena relación con Sergio Dalma, aunque no sabía quién era. Mi madre sí que era muy fan de él. He visto el vídeo muchas veces". Cuando era monaguillo, sin embargo, tenía bien clara "esta vocación, un poco extraña, pero yo sabía que quería ser podólogo. A los 9 años ya lo decía". Maravilloso, Lluís, pero de extraña, nada: mucha gente agradece a los podólogos por el trabajo que hacen.

Sergio Dalma, con Lluís, de la Escolanía de Montserrat, en La Marató del 2011 TV3
Sergio Dalma, con Lluís, de la Escolania de Montserrat, en La Marató del 2011 TV3

Entró en la Escolania de Montserrat en 2007, con 7 años, y la dejó en 2012 con 13-14 años, "cuando ya no tienes voz 'blanca', cuando ya te ha cambiado". Le gustaba mucho estar en la Escolania, y al salir, dio la vuelta al mundo, un tiempo en Australia, otro en Nueva York haciendo de profesor de música... "¿Cantas, de vez en cuando?", quiere saber Marta. Y él ríe y dice que "en la ducha, de vez en cuando, pero ni de manera profesional ni amateur. Cuando cambié la voz, mi voz de adulto me ha quedado limitada. Los agudos o muy graves no me siento cómodo. Pero no he seguido porque no era mi vocación. Pero no lo descarto: tengo la técnica y lo podría trabajar y mejorar". De momento, sin embargo, sigue haciendo su trabajo de podólogo, que le apasiona, pero "cuando hago mi trabajo hay muchos momentos que me pongo música para que el paciente se relaje". Una conversación que vale mucho la pena recuperar:

Si Sergio Dalma nos está leyendo, sería maravilloso que algún día, si tiene problemas en los pies, vaya al podólogo y que le atienda Lluís. Quién sabe, quizás cuando estén en la consulta, los dos se arranquen a cantar Em dones força en un ataque de nostalgia, provocando una sonrisa en el resto de pacientes.