La película de la semana no es ningún estreno, no. La grabaron hace exactamente un año en Madrid, y ha sido guardada misteriosamente en un cajón hasta que, finalmente, la tenemos en nuestras pantallas. Es una de acción, un thriller, una trama oscura y llena de misterios. Los protagonistas son muy conocidos: el expresident Jordi Pujol y su familia, por un lado, y el Estado español y sus servicios de Inteligencia, por el otro. ¿El argumento? El robo de una furgoneta a punta de pistola en una calle de Madrid. La furgoneta es lo menos importante, claro. Lo que es relevante es su contenido, y que 4 ladrones armados se llevaron en un abrir y cerrar de ojos: todo el material documental que la Policía española confiscó a la familia Pujol, investigando sus presuntas conductas corruptas. ¿El título? "El robo más grande jamás contado".

Pilar Rahola no se ha perdido esta historia tan jugosa y reflexiona sobre unos hechos absolutamente increíbles por muchas razones. Primero por los antecedentes: "Los abogados de los Pujol llevaban tres años reclamando que se les devolviera aquel material, donde hay fotos de familia, información personal... La policía había tenido tiempo de revisarlo, leerlo e incluirlo en el sumario, y podía ser devuelto. Pero no había manera". Después de muchas reclamaciones lo consiguieron: un juez daba vía libre a la demanda. Y "justo cuando la furgoneta venía hacia Barcelona, 4 pistoleros se llevan todo el material". Qué casualidad. Vídeo:

 

Jordi Pujol Marta Ferrusola EFE

Jordi Pujol y Marta Ferrusola / EFE

El 'Palabra de Rahola' que cierra esta semana es de aquellos todavía más imprescindibles, porque pone el dedo en la llaga sin miramientos. "Es evidente que es una operación de Estado de la Inteligencia española, de la Policía española según la propia familia. Qué teme el Estado español de lo que había en aquellos 15 lápices, 8 móviles, etcétera...? ¿De quién hablan? ¿Qué estamentos podrían quedar tocados? ¿Qué institución, la monárquica, quizás?". No todo, sin embargo, son preguntas dirigidas a España, ni mucho menos. Los Pujol también son interpelados: "¿Por qué la familia Pujol ha tardado un año en decir que hubo este robo? ¿Qué calla al president Pujol? ¿Quién lo teme, y qué teme, por qué no habla?". Todos en silencio menos la escritora, claro.

felip joan carles cara en cara GTRES

Felipe VI y Juan Carlos I de confidencias / GTRES

La reflexión final es todavía más desgarradora. España no investigaba a Jordi Pujol y a su estirpe por motivos de corrupción. Más bien era la excusa para dañar el Procés independentista. "Catalunya es una cuestión de la Inteligencia española, y no empezó en el 2017. Todo lo contrario, venía ya del 2014. El libro de Javier Chicote "El Jefe de los espías" ofrece mucha información al respecto: por ejemplo, Manglano explica que ponen en nómina del CSID a periodistas relevantes para que los ayuden a recibir información, pero también a desinformar: "La realidad, la autenticidad, la fiabilidad y la lógica detrás de las informaciones es irrelevante. El objetivo no tiene que ser informar, sino más bien desinformar. Crear estados de opinión sobre los cuales actuar después". Y hemos visto los resultados de esta conjura: "Todo lo que ha pasado con Catalunya tiene que ver con la desinformación".

 

Apunten las últimas palabras del vídeo: "Que la familia Pujol hace mal olor creo que parece evidente. Que la operación de Estado contra ellos no tiene nada que ver con la corrupción, y sí con desmantelar el Procés catalán, también".