Después de tres años de trabajos, en el patio del Instituto de Estudios Catalanes (IEC) partidos y entidades han rubricado el documento Pacto Nacional por la Lengua, que nace con el apoyo de solo tres de los ocho grupos del Parlament: PSC: ERC y Comuns. Ni Junts ni la CUP lo han firmado. Por qué. Pone luz la periodista, analista y militante defensora de la lengua desde hace décadas, Pilar Rahola, en su canal de Youtube. Vídeo:
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"Decía Ovidi Montllor en una mítica canción Ya no nos alimentan migajas, ya queremos el pan entero. Y sin embargo años después, y después de la gran épica del primero de octubre del 2017, después de la represión, de la herida, de la grieta, ahora estamos en una situación en que no es que no pidamos el pan entero, es que aceptamos los restos de las migas, envejecidas, resecas. Nos hemos convertido en un pueblo sirviente, puesto de rodillas, que acotamos la cabeza y decimos qué nos da, amo, ¿qué nos dan? Porque es como estamos exactamente, con una actitud de servidumbre profunda. El Pacto Nacional por la Lengua que han mostrado, con poca épica, obviamente el president Salvador Illa, un señor que no sabe ni decir bien los topónimos catalanes, que ha mostrado un menosprecio permanente y profundo por los símbolos y los derechos nacionales de Catalunya, que era el señor que reclamaba un 155 todavía más duro y que menosprecia nuestro idioma, este preside un pacto nacional, presenta un pacto nacional por la lengua. ¿Donde hay qué?

"El Pacto no revisa ni está en contra de la destrucción de la inversión lingüística que se ha hecho desde los juzgados, no garantiza al catalán los retos y tener los instrumentos para que pueda luchar por los retos del siglo XXI, las grandes migraciones internacionales, las plataformas, las redes sociales... No tenemos nada. Este es un pacto de migas envejecidas, de migajas resecas. Somos el pueblo que intentaron tener el pan entero y que ahora estamos de rodillas abriendo la boca a ver si nos dan alguna migaja. Este es un pacto nacional de migajas. Lamento profundamente que personas que respeto, entidades como Òmnium y como Jordi Pujol hayan creído que formaba parte de la realpolítik, del posibilismo, ir a este pacto. Lamento profundamente que hayan formado parte de lo que, desde mi punto de vista, es una gran broma, una gran estafa. Nuevamente, como tantas veces. El catalán está en una situación muy grave. Podemos ser la última generación que lo hable con normalidad. Tras 1.000 años de historia, después de 300 años en los cuales cada generación de catalanes se ha levantado cada mañana y ha luchado por preservar el idioma. Y ahora, en el siglo XXI, lo tenemos en los dedos y se nos está deshilachando. Y ahora hacemos un pacto que nos darán 4 euros, ayudaremos por aquí, ayudaremos por allí... No, no, perdona, lo que nos hace falta son instrumentos, instrumentos reales. Pero estamos en un Estado depredador, gobernado con el partido del señor Illa y con la mentalidad del señor Illa. Donde el único idioma posible es el castellano, el español".

"Un Estado depredador que lo ha hecho todo durante 300 años para destruir nuestro idioma y que está a punto de conseguirlo. ¿Entraremos en un pacto para hacer ver que no pasa nada? ¿Le damos la mano? Buenos días, señor Illa, como buenas personas disciplinadas, derrotadas y con la cabeza gacha aceptamos sus migajas, sabiendo que no servirá para nada. Sabiendo que esta no es la manera de salvar nuestro idioma. Qué sensación de derrota tan profunda. Pero no de derrota porque el Estado nos ha destruido con la represión política, con el exilio, con los juicios. De derrota porque nuestro propio pueblo, nuestra propia gente ha decidido que esta es la realidad y que lo tiene que aceptar. Volvemos no al posibilismo de las épocas más posibles de la Convergència. No, estamos por debajo. Hemos bajado tanto el nivel que incluso estamos por debajo de lo que significó en su momento el peix al cove de Jordi Pujol. Eso no es pan comido, eso es la migaja, envejecida y reseca. Éramos un pueblo que queríamos los instrumentos, no queríamos el pan entero, queríamos el horno, queríamos las herramientas para hacer el pan. Y ahora nos darán los restos mientras nos destruyen completamente toda la hornada. El catalán está en peligro. Este pacto nacional es una vergüenza. No es que lo ayude a que no estén por él, es que remacha el peligro, lo pone dónde lo tenía que poner. Una lengua regional que recibe un dinerillo porque está joditita, está enferma. Entonces, estos grandes patriarcas, esta gente paternalista como los Ilas, que tienen un proyecto español que es la destrucción de la nación catalana, nos dicen no os preocupáis, que os ayudaremos un poquito, dadme la mano. Qué triste que el país que quería el horno, las herramientas, la hornada entera, acepte las migajas más mohosas. Qué derrota, qué sensación de derrota". Palabra de Rahola.