Desde que el president Pere Aragonès destituyó al vicepresident Puigneró, y posteriormente, con el adiós de Junts del Govern y la elección de los nuevos consellers, Pilar Rahola analiza todos los movimientos del Govern, ahora sólo formado por miembros de Esquerra. Hace un par de días, la escritora se mostraba más rotunda que nunca al considerar que el nuevo Govern "parte y se consolida en tres grandes vergüenzas. Aunque no le guste oírlo (le decía a Aragonès), es un Govern ilegítimo, irresponsable y que insulta al independentismo". Este jueves, en un nuevo vídeo en su canal de YouTube, Palabra de Rahola, se muestra "convencida de que Esquerra es víctima de su prepotencia. Desde que ganó las elecciones, aunque por mínimos, a Junts, entró en una convicción, muy alimentada por la mayoría de los medios de comunicación del sistema, de que mientras los otros iban 'de capa caída', ellos eran 'el partido sólido, el que podía ir hacia espacios centrales' y que sacaron aquello de 'ampliar la base' y todas aquellas cosas".
Rahola considera que el tono utilizado "fue siempre de prepotencia. Y de hecho, el Govern, este año y medio de Govern, ha sido siempre, respecto de los consellers de Junts, y a las promesas electorales, un acto permanente de prepotencia". Para ella, el primer acto de prepotencia es claro, "cuando a la hora de pactar el Govern, primero fueron a ver a la CUP antes de Junts. A partir de aquí, las humillaciones ya no se detuvieron. El hecho, sin embargo, es que creo que ERC no valoró lo que significaba ir perdiendo lenta, pero sostenidamente, la confianza de los ciudadanos. Convencidos de que estaban en la dirección de ser el nuevo pujolismo, en una versión diferente, de Catalunya, no se dieron cuenta de que estaban dejando por el camino a mucha gente que, convencida independentista, no estaba entendiendo el giro estratégico que hacían". En resumen, no estaban entendiendo nada. Para Rahola, la situación de precariedad en la cual está instalado el Govern de Aragonès, se debe, fundamentalmente, "a unos reiterados actos de prepotencia que nos han llevado a la desconfianza actual". Tiene claro que en estos momentos, el Govern de Pere Aragonès "es un Govern en quiebra. Es evidente que tiene la legitimidad que le otorga el juego democrático, pero obviamente, tocado y muy tocado por la pérdida de confianza de todo el arco parlamentario".
Rahola tiene claro que fundamentalmente, "ERC ha perdido la confianza del sector independentista. Cuando tú pierdes, en sólo un año y medio, el apoyo inicial de la CUP y el apoyo sostenido de Junts, y además vives escenas de confrontación, como las que se produjeron con la Asamblea Nacional en la última Diada o las pitadas que tuvieron los representantes de Esquerra en el acto del primero de octubre, es que has herido y desconcertado a mucha gente. Hoy, el president Aragonès está sentado en un gran trono de desconfianza ciudadana. El resto de partidos, como mucho, le pueden dar un apoyo puntual, siempre en función de los intereses electorales y de partido". Con esta situación, lo que hay que preguntarse y se pregunta Pilar Rahola es "aquellos discursos tan prepotentes de Oriol Junqueras, que casi menospreciaba a los otros, y que todavía sigue haciendo, los puede llevar a una situación de mucha quiebra. El problema es que arrastran a la Generalitat de Catalunya en esta quiebra".
Rahola considera básico "no ir por la vida con esta prepotencia y creyendo que los ciudadanos mantendrán la confianza aunque la vas traicionando una y otra vez". Confianza traicionada, dice, cuándo "ninguno de los acuerdos se cumplen, cuando te arrastras a Madrid siendo casi una alfombra para el PSOE, al cual se lo votas todo, y además, te comes con patatas uno tras otro presupuestos de vergüenza que estafan a los ciudadanos de Catalunya y sus intereses, confianza perdida cuando has perdido a tus socios de Govern y no te sometes a una cuestión de confianza, que es lo que hacen los presidentes democráticos de los países democráticos. Estamos ante el Govern más frágil de la historia de Catalunya, el que se sostiene con menos argumentos de peso, y por lo tanto, de alguna manera, del menos legítimo. Este ya no es el Govern que representaba a un votante masivo independentista, ahora no sabemos qué es, es un engendro, una caricatura. Desgraciadamente, podría ser, incluso una mala broma, lo que pasa, es que no hace reír":