Paris Hilton no llega a una alfombra roja como el resto de los mortales. Mientras otros famosos revisan el peinado o el vestido, ella revisa el protocolo de seguridad. Y no hablamos solo de guardaespaldas ni de coches blindados, que también. Hilton convertido su seguridad personal en una extensión más de su look y eso incluye ir armada a determinados eventos.

La realidad es que, con una vida expuesta desde la adolescencia, Paris no se fía de nadie. Ni del entorno, ni del lugar, ni siquiera del glamour que rodea cada aparición pública. Por eso, antes de aceptar invitaciones, su equipo se asegura de que todo esté bajo control. Y cuando no lo está, ella misma toma medidas poco habituales en el universo celebrity.

Seguridad extrema para una estrella que no improvisa

Y es que Paris Hilton no se mueve sola. A su alrededor siempre hay un equipo de seguridad perfectamente coordinado, con rutas estudiadas y salidas alternativas. Pero además, la empresaria suele llevar consigo varios teléfonos móviles, hasta tres a la vez, para estar conectada en todo momento con su entorno más cercano.

Paris Hilton - Instagram

De este modo, no sorprende que en algunos actos privados haya solicitado permiso expreso para portar armas. No es un gesto para llamar la atención ni una pose excéntrica: es parte de un protocolo que ella considera básico. Si el evento lo permite y las condiciones legales lo avalan, Paris prefiere sentirse protegida por todos los medios posibles.

Glamour, tacones… y plan B bajo el bolso

La escena resulta tan surrealista como reveladora, con vestidos de alta costura, joyas imposibles, tacones de vértigo… y un plan de defensa perfectamente diseñado. Paris puede estar posando para los fotógrafos mientras, mentalmente, tiene localizadas todas las salidas del recinto. La realidad es que esta forma de vivir no es nueva en su entorno. Desde hace años, la heredera ha normalizado moverse como una figura de alto riesgo, más cercana a una jefa de Estado que a una influencer.

Así pues, Paris Hilton no solo marca tendencia en moda o negocios. También en paranoia de lujo. Y puede que resulte llamativo, incluso excesivo, pero una cosa está clara: cuando ella llega a un evento, no deja nada al azar. Ni siquiera su propia seguridad.