Pablo Chiapella lleva más de dos décadas sobre los escenarios haciendo reír a la gente, aunque su papel con el que saltó a la fama fue Amador de ‘La que se avecina’. Un personaje que a día de hoy aún le sigue dando alegrías, y es que gracias a los hermanos Caballero no le ha faltado trabajo en dos décadas. Participó en la última temporada de ‘Aquí no hay quien viva’ como Moncho, dio el salto a la serie de Telecinco y pensó que iba a durar poco y menos. Su personaje no era tan agraciado hasta que rompió esquemas en la tercera temporada, la resurrección de la serie. Su labor en la serie la ha combinado con un sinfín de películas, ya que es uno de los rostros más demandados por los directores de cine de comedia. Las películas que él protagoniza son un filón en audiencias, como ‘El casoplón’ este verano. Este fin de semana estrena en Netflix ‘La navidad en tus manos 2’.

El actor ha confesado que es un aficionado al deporte, aunque ya no tiene tanto tiempo como antes. Practica pádel, bici, fútbol. Siempre que el rodaje y las grabaciones se lo permiten acude al gimnasio.
Pablo Chiapella estudió para ser profesor de deporte en una escuela
Nunca pensó que terminaría como actor, ya que en un primer momento estudió Magisterio y Educación Física, su intención era dar clases a niños. “Y lo más gracioso es que estudié Magisterio y Educación Física. Terminé aquella carrera y mi relación luego con el deporte ha sido siempre así. Pero ahora es cuando estoy empezando a obligarme más, porque con la edad es la única manera de mantenerse bien”, explica. Intenta entrar todos lo días, aunque alguna vez se le complique.
El de Albacete siempre ha tenido una buena complexión, ya que es un hombre alto y ancho. “La televisión está claro que no me hace justicia (risas). ¡Soy corpulento! Como mi hermano, mi abuelo, y sí, siempre he tenido cierta facilidad para ponerme fuerte y grande”, comparte con la revista ‘Men’sHealth’.
Pablo Chiapella nunca ha sido un fan de la bollería industrial porque en su casa se hacía todo allí, tradicional. Pero la cerveza es un vicio, no perdona ni una si se la ofrecen. También le apasiona mucho el pan. No puede dejarlo.
