El Día Mundial de la Radio se ha celebrado en las principales emisoras del país como es debido, dándole vuelo e intentando que escuchar la radio, encender el transistor, sea una práctica habitual en los ciudadanos, como quien se lava los dientes cuando se levanta o comer como mínimo tres veces al día.

Tendría que ser habitual que los catalanes y catalanas pusiéramos la radio y nos dejáramos estar de tantas horas mirando series en plataformas. La magia de la radio es única. Para los que la hacen y para los que la escuchan. En RAC1, por ejemplo, homenajearon este día poniendo la radio patas arriba, con cambio de cromos de sus locutores que por un día, condujeron programas que no eran los suyos.

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'La radio patas arriba' en RAC1

En Catalunya Ràdio también le dedicaron todo el viernes a este medio de comunicación que ha conseguido, por ejemplo, que muchas personas se hayan atrevido a aprender catalán. Uno de estos testimonios emocionó a Laura Rosel y los oyentes de 'El matí de Catalunya Ràdio.

Se llama Andrea, y hasta los 24 años, vivió en su Hungría natal. Después, con 25 años vino de Hungría a Catalunya y lo primero que hizo cuando llegó fue encender el transistor. Y eso dice que la ayudó rápidamente a conocer la realidad del país que pisaba por primera vez y le sirvió para aprender el catalán. A la vez, nunca ha dejado de sintonizar las radios húngaras, y eso la hace sentir cerca de donde nació y creció.

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Andrea, oyente húngara que aprendió catalán con la radio / Catalunya Ràdio

"La radio, una buena compañía, en todo momento, en cualquiera de los lugares del mundo", dice Andrea sólo empezar, cuando conecta con ella una reportera del programa. Dice que de pequeña, en Hungría, escuchaban radios clandestinas, como Radio Liberty, "que su emisora principal estaba en Pals".

Enamorada de la radio, el primer día que Andrea pisó Barcelona, "ya teníamos puesta la radio en la cocina. Es un elemento integrador 100%. La lengua catalana hablada en la radio daba pie a escuchar personas con una visión de la lengua mucho más amplia, con una dicción muy buena, con textos y vocabulario diferente al que utilizas habitualmente y eso a mí me reforzó muchísimo el catalán. La radio me daba un cimiento muy importante para hablar catalán", dice ella orgullosa.

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Laura Rosel / @laurarosel

Testimonio imprescindible el que se pudo oír en el programa de Rosel. Andrea sigue revelando cuáles eran los programas o locutores de cabecera que la ayudaron en su camino para aprender nuestra lengua: "Escuchaba mucho al Puyal, las retransmisiones deportivas de fútbol, porque era un vínculo que me llevaba desde Hungría", donde su padre escuchaba los partidos.

"Ahora escucho la TDT, el Tot gira, el Tot Costa... Hago un intensivo los domingos. Mi marido me dice: 'acabarás sabiendo más que Xavi'". Pasión por la radio, el fútbol y la lengua que ha transmitido a sus hijos: "Como hablan idiomas, lo que hacemos es tener programadas emisoras de Hungría. Es muy importante no perder nada de tu identidad. Estas emisoras me sirven para perfeccionar cosas del húngaro".

Todo un ejemplo. Una mujer que vino de Hungría a Catalunya y que quiso aprender sí o sí la lengua catalana. ¿Cómo? Con la radio y escuchando a Puyal decir palabras como bimba o zigazaga. Sensacional.