Los duques de Huéscar se convertirán en familia numerosa a partir del otoño cuando nazca su tercer hijo después de saberse que Sofia Palazuelo está embarazada del próximo duque de Alba, Fernando Fitz-James Stuart, hijo mayor del actual duque, uno de los títulos nobiliarios con más poder, riqueza e influencia de toda España. La pareja se casó el año 2018 y tienen dos hijas, la futura duquesa de Alba que se llama Rosario y la hija pequeña que se llama Sofía. Ahora que se sabe que tendrán un niño no se han complicado la vida y le pondrán el nombre del padre: Fernando. Así solo Rosario tendrá un nombre exclusivo para ella, los otros dos hijos tienen los nombres de los padres. El problema del nombre es que la tradición de la casa de Alba es tan potente que cuando nace un heredero le tienen que poner no un nombre propio sino veinticinco. Eso sucedió con Sofía, la anterior hija del matrimonio, que tuvo problemas en el Registro Civil porque se negaban a inscribir un nombre tan exageradamente largo.

Cuando murió la duquesa de Alba, la famosísima Cayetana, el título fue a su hijo mayor Carlos. Este tiene dos hijos, Fernando y Carlos. El primogénito cuando tuvo la segunda niña la bautizaron con el nombre de la madre: Sofía. Pero el nombre entero que querían para la niña era muy largo: Sofía Fernanda Dolores Cayetana Teresa Ángela de la Cruz Micaela del Santísimo Sacramento del Perpetuo Socorro de la Santísima Trinidad y de Todos Los Santos. El Registro Civil dijo que no.

La Ley del Registro Civil dispone un principio de libre elección del nombre de los hijos por parte de los padres, pero con limitaciones en el artículo 51, LRC: "El nombre propio será elegido libremente y solo quedará sujeto a las siguientes limitaciones, que se interpretarán restrictivamente: 1.º No podrán consignarse más de dos nombres simples o uno compuesto. 2.º No podrán imponerse nombres que sean contrarios a la dignidad de la persona, ni los que hagan confusa la identificación. A efectos de determinar si la identificación resulta confusa no se otorgará relevancia a la correspondencia del nombre con el sexo o la identidad sexual de la persona. 3.º No podrá imponerse al nacido nombre que ostente uno de sus hermanos o hermanas con idénticos apellidos, a no ser que hubiera fallecido". Los límites son de sentido común: no nombres demasiado largos, ni buscadamente indignos ni que impidan identificar a una criatura ni repetir el nombre de un hermano, hijo de los mismos progenitores. Sobre los nombres compuestos queda claro: o dos simples, como por ejemplo Francisco Luis, o uno compuesto de los de toda la vida, como José María. No puede ser que Sofía se llame oficialmente Sofía Fernanda Dolores Cayetana Teresa Ángela de la Cruz Micaela del Santísimo Sacramento del Perpetuo Socorro de la Santísima Trinidad y de Todos Los Santos. Por eso el niño ya solo es Fernando.

Hay otro problema de los hijos de los duques de Alba, tienen que distinguirse por unos nombres muy claros porque se parecen demasiado entre ellos. Los dos hermanos, Fernando y Carlos, son la misma persona: look, peinado, cara, ropa... No son siameses pero lo parecen. Es el look casa de Alba, educado, sobrio y muy, muy pijo.