Ya hace muchos años que Letizia dejó atrás a la joven asturiana de apellidos Ortiz Rocasolano para convertirse en la reina de los españoles. Algunos le avistaban un futuro con un papel secundario al lado de Felipe, pero con el tiempo, su marcado carácter ha dejado claro que a menudo no está para monsergas, y que si tiene que retirarle la mano a su suegra públicamente, si tiene que poner mala cara por los escándalos de Juan Carlos o si tiene que controlar los selfies y la comida en la escuela de sus hijas, lo hace. Pero antes de convertirse en monarca, muchos la señalaban y miraban por encima del hombro. Especialmente, en la aristocracia.

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Felipe y Letizia, año 2004 (GTRES)

Fíjense en la cara de la chica rubia que hay detrás de los entonces príncipes de Asturias. Es el vivo retrato de la cara que pusieron muchos royals cuando supieron que el corazón de Felipe estaba ocupado por una tal Letízia con zeta. Enseguida se encargaron de hurgar en el pasado y el entorno de ella. El escritor Carlos García-Calvo acaba de publicar un libro póstumo, Letizia. De la A a la Z que desgrana punto por punto decenas de conceptos en torno a la figura de Letizia. Y en dos entradas leemos cosas muy jugosas. En la "F" encontramos "Familia", donde el autor del libro escribe: "Nadie puede negar que la familia de Letizia puede resultar incómoda a veces, como la pintoresca y republicana Henar Ortiz, su hermana Telma o David Rocasolano, su primo hermano". Pero todavía es más interesante leer qué pone en la palabra "Leyenda Negra" en la "L".

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Explica García-Calvo que al poco tiempo de anunciarse que Letizia y Felipe salían, "empezaron a correr toda clase de historias entre la alta burguesía española que dejaban muy mal parada a la futura Princesa de Asturias". Entre la burguesía y entre la aristocracia: "La aristocracia, aunque la encontraba cargante, cerró filas en torno a la Corona". Qué era lo que cargaba tanto a la gente de sangre azul?: "Su supuesta falta de don de gentes, su vocabulario muy poco elegante (sólo hay que ver cómo renegaba a todas horas diciendo '¡Jolín'! i '¡Merde'!) y su supuesta costumbre de dictar cátedra". Años después, y viendo qué ha ido haciendo ya como reina, no tenemos claro que todos estos prejuicios hayan quedado del todo desvanecidos...