En la televisión de los años 90, los que tienen una edad lo recordarán, proliferaron una serie de programas y concursos, especialmente en Telecinco, donde todo era luz, color, pruebas sin sentido, azafatas y un supuesto jijijaja. Uno de estos programas se estrenó en 1995, duraba tres horas y lo presentaba Goyo González. Se trataba de una adaptación de un formato alemán, Man O Man, y aquí se llamó Uno para todas, y en la sintonía de entrada se cantaba Uno para todas, uno para todas, solo uno llegará hasta el final. Uno para todas, uno para todas, solo uno hasta el final. Y es que el objetivo del programa era ver a una serie de hombres de diferente condición, físico, conocimientos y carácter, luchando por conseguir ser ellos el hombre que escogieran entre todo el público, formado solo por mujeres. Un concurso de vergüenza ajena que empezaba así:
200 mujeres en plató que tenían que escoger al chico del verano, una elección entre 12 aspirantes que tenían que ir superando diferentes pruebas para convencer a las mujeres de que ellos eran unos tipos que valían la pena, sensibles, ocurrentes, divertidos, seductores y encantadores, en torno a una piscina. Los que no superaran las pruebas, acababan en el agua después de un empujón de las azafatas. Si iban convenciendo a las mujeres del jurado, recibían un beso de parte de las azafatas, que recibían el nombre (no es broma), de Chicas Glú-glú. Pruebas que iban desde una declaración de amor supuestamente ingeniosa, demostrar el estilo a la hora de bailar, demostrar el sex-appeal a la hora de hacer un striptease hasta quedar en ropa interior o, la más recordada, ya desnudos, imitar a un culturista y las posturas que este iba haciendo luciendo músculos. Y aquí tenía un papel recordado el hombre que hacía de culturista, que no hablaba, y que solo decía un frase que repetía hasta el infinito: "Soy Héctor", suponemos que haciendo un guiño al héroe de Troya. Frase que permanece en la memoria colectiva de muchos espectadores.


El tal Héctor se llamaba en realidad Miguel Ángel Masch, y pasados treinta años, era preparador físico y un amante de los animales, tal y como se podía ver en redes social. Ahora, tenemos que lamentar su muerte repentina, cosa que ha dejado a los que lo conocían profundamente tristes. Por lo que explican, hacía tiempo que acarreaba una depresión. Enseguida, la red se llenado de mensajes de pésame: "Mi más sentido pésame, un grande en todos los sentidos. Descansa en Paz Miguel( todos te recordamos por,yo soy Héctor), se te añorará como gran persona que fuiste además de un gigante del Culturismo", "Hoy es un día muy triste. Nos deja nuestro amigo Miguel Ángel Masch. Siempre me acordaré de ti, amigo Miguelón, como te llamábamos muchos", "Será recordado por dar a conocer el culturismo en los 90 en prime time. DEP".
Descanse en paz.