Hay una serie de personas que por muchas cosas más que hagan en la vida siempre serán recordadas por anunciar uno u otro producto en la televisión. Casos, hay a espuertas: Edu, el niño de Airtel que deseaba una feliz Navidad llamando por teléfono a todo quisqui, el mayordomo de Tenn que aseguraba que el algodón no engañaba a la hora de comprobar la limpieza en las paredes o Manuel Luque, director general de Camp, que decía que buscáramos, comparáramos y si encontrábamos algún detergente mejor que Colón, lo compráramos.

edu feliz navidad

"Hola, soy Edu, feliz Navidad"

mayordomo tenn

"El algodón no engaña"

manuel luque

"Busque, compare, y si encuentra algo mejor, cómprelo"

Antònia Cruells correspondía a esta categoría, aunque la fama le llegó a una edad avanzada y aunque sus vecinos la recuerdan todavía con más afecto que el que consiguió por parte de todos los espectadores -y ya fue mucho-.

despacha fabada litoral

Porque Antònia era la abuela que anunciaba fabada Litoral, aunque no era asturiana, sino catalana. Y decimos era porque acaba de morir en la casa donde vivía, en Sant Martí de Centelles, localidad donde será enterrada este miércoles. Vivía sola y sus familiares se alarmaron al ver que no cogía el teléfono. Su popularidad empezó cuando todo el mundo iba repitiendo aquello de "Dai prisa, dai prisa", cuando su nieto sube corriendo a felicitar a la cocinera después de una comida y ella no quiere que descubran que la fabada no la ha cocinado ella, sino que era comprada. Aquel "¡Abuela, esto está de muerte!" que exclamaba su nieto, también la acompañará siempre.

Cruells, que anteriormente participó con Llucià Ferrer en el programa de radio 'Fricandó matinal', incluso dio pregones después de protagonizar el primero y posteriores anuncios haciendo de abuela asturiana:

El mismo periodista o el guionista de los anuncios, Joan Tharrats, lamentaban la pérdida con unos emotivos mensajes:

despacha fabada litoral tharrats

Los que la conocieron dicen que le encantaban las sardanas. No sabemos si le gustaba la fabada, pero seguro que muchos, cuando la comen, piensan en ella. Descanse en paz.