Ana Rosa Quintana está pasando con más pena que gloria su periplo por las tardes. De hecho, eso de gloria todavía no se le ha visto, ni se le espera, a juzgar por las penosas cifras de audiencia que está consiguiendo su TardeAR que no mira ni el Tato, ella que había llegado a esta franja horaria para ser la salvadora después del adiós de Sálvame. Las cifras de audiencia no engañan: este martes, un ridículo 10,2% de share y 869.000 espectadores. Y el miércoles, durante la primera sesión de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, todavía menos, un pírrico 7%. Pero ella sigue creyéndose la reina del mambo y la más ocurrente de la parrilla televisiva en España. Y la última prueba la hemos tenido en el programa de este martes.
Horas antes del debate de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso, AR no ha podido esconder como le escuece y le repatea todo lo que tiene que ver con la amnistía, con Carles Puigdemont y con Catalunya. No ha escondido nunca ni ha disimulado cuando se trata de analizar cualquier noticia referida a la independencia, y siempre ha considerado que con el presidente Puigdemont todo vale, que no pasa nada si tiene que hacer un pim, pam, pum público para recibir los golpecitos en la espalda de los tertulianos que tiene en la mesa o de los cuatro espectadores que tiene.
Veremos qué dirá este jueves cuando haga programa después de la sesión en el Congreso donde investirán a Sánchez como presidente del Gobierno y después de ver las repugnantes imágenes de manifestantes ultras en las calles de Madrid. De eso tenemos claro que no hará bromitas, quizás es que las encuentra normales y ya le está bien, a pesar de las banderas con el pollo, a pesar de los cánticos franquistas del Cara al sol y a pesar de los brazos derechos levantados. El lunes, Ana Rosa se hartó en contra de la amnistía, de Sánchez y del pacto con Junts. Y el martes, más de lo mismo... con bromita incluida sobre el president Puigdemont y sobre su tierra. Quintana daba paso a su compañera meteoróloga, Laura Madueño, para avanzar a los espectadores del programa qué tiempo hará los próximos días en el estado español. Miraban el mapa y AR remitía a un famoso dicho: "Dicen que el veranillo de San Martín dura tres días. En fin, pues no. El de esta semana es un veranillo más largo de lo normal con temperaturas más altas de lo normal. Nada es normal. Laura Madrueño nos lo cuenta".
Madueño le respondía apuntando las altas temperaturas que hemos tenido este martes, que incluso provocaron imágenes de gente en alguna playa, con bañadores y tomando el sol: "Pues me he venido a la playa, como verás, como mucha gente en España. Vamos a tener veranillo toda la semana, marcando esas temperaturas totalmente extraordinarias. De hecho, se acaban de alcanzar los 35 grados y medio en Torremolinos. Vamos a continuar con tiempo anticiclónico". La mujer del tiempo sigue su repaso al mapa climático y se detiene en Catalunya, concretamente, en Girona: "El dato rojo es la temperatura que se registra hoy y en gris la temperatura media que sería normal en el mes de noviembre. Como ven, en Gerona, hoy se están alcanzando los 30 grados cuando lo normal en esta época del año es que se estuvieran en los 17 grados". Momento que aprovecha la presentadora para hacer su meadita jijijaja: "La culpa es de Puigdemont".
Madueño ríe y no puede continuar. "Perdón", le dice incluso a la jefa. Finalmente, acaba su sección y Quintana no puede evitar rematarlo con mofa con un comentario marca de la casa: "Gracias, es que aquí todo últimamente es anormal"... Lo que es anormal es que Ana Rosa Quintana siga pensando que es lo más con comentarios como estos con las audiencias que tiene, y es que ya no hace gracia ni a sus palmeros habituales.