Ha llegado el verano. Las hogueras de Sant Joan dejan paso a los sofocos en Instagram. Los VIPS empiezan a llenar la red de las vanidades de fotos con poca ropa tomando el sol o en remojo. Uno de los más ingeniosos ha sido el actor de Castellón, catalanohablante, Miguel Ángel Silvestre. El guapo oficial de series como Sin tetas no hay paraíso, chico Almodóvar en Los amantes pasajeros, exitoso en series de Netflix o Movistar, estrella en las redes, soltero de oro, sin pareja, porque no quiere o porque quiere tener muchas al mismo tiempo. El caso es que sabe vender el pescado. En su caso, la carne. Todo en el asador mostrándose en plenitud. Quería colgar una foto tomando el sol en la popa de un yate, en una boya en su mar Mediterráneo, en Ibiza. Y al ver qué salta a la vista de la foto, tanto que casi vacía un ojo, Silvestre decidió jugar. No hay que esconder que lo que destaca es el pequeño slip blanco que luce y cómo marca los genitales. Él ha venido a jugar y lo titula claro "Spanish nap":
La foto a traición le pilla durmiendo en una postura atlética como el David de otro Miquel Àngel, el escultor renacentista. Silvestre sale guapo incluso cuando nadie lo está: durmiendo. En lugar de caerle la baba a él le cae a sus seguidores de Instagram. Y más con el juego de palabras que se ingenia. ¿Qué quiere decir Spanish nap? En inglés es "siesta española", como se conoce por todo el mundo, que parece que solo hagan los españoles. Pero el actor conoce el catalán porque es nacido y educado en la provincia valenciana donde más y mejor se habla catalán: Castellón. Y le hace gracia que "nap" en inglés es siesta y en catalán es nabo, la hortaliza que en lenguaje coloquial se utiliza para referirse al pene. Una broma solo para catalanes. Aquí tenéis un nabo español: el mío. En Madrid nadie ha entendido la broma. Y por eso funciona. Grandioso Miguel Ángel Silvestre. Grandioso en el sentido metafórico, no en el genital.
Fans famosas del actor como la catalana Cristina Brondo advierten en Instagram que han hecho zoom para ampliar la foto. No hace falta, aparece más desnudo que vestido en las series y pelis, es el reclamo de todas las obras audiovisuales. O revistas como Esquire que lo ponen en portada en pelotas, por delante y por detrás. Es bajito pero contundente, y gusta por una belleza clásica que le permite hacer de malo que se enamora, de mafioso que duda por una mujer. Éxito asegurado. Silvestre tiene una facilidad innata al desnudarse en la pantalla. Eso lo agradecen los directores y sobre todo los productores, encargados del dinero, que saben que irá más gente al cine o a la tele. Silvestre ya tiene 40 años y mantiene la cara de joven en un cuerpo escultural que muestra en portada. Ni un triste slip blanco ceñido.
La revista mensual Esquire lo retrata con el clásico eslogan "Se desnuda en cuerpo y alma", una entrevista justifica las fotos. Alguna lectora ha bromeado en cómo eliminar las letras de la portada que estorban en la zona genital. Son fotos muy bien hechas, de estudio, en blanco y negro donde Miguel Ángel es el chico escultural que tumba a Goliat y se muestra con unos abdominales de acero.
Y el culo duro como el de piedra de la escultura. Una genética generosa. El nabo de Silvestre merecía la foto.