A comienzos de marzo de 2025, Isabel Pantoja fue ingresada de urgencia en un hospital de Madrid, encendiendo todas las alarmas sobre su delicado estado de salud. La artista, que fue dada de alta tras pasar apenas un par de noches bajo supervisión médica, regresó a su mansión madrileña con un diagnóstico claro pero inquietante: su cuerpo no puede seguir tolerando las bebidas azucaradas. Sin embargo, lejos de mostrar signos de cambio, la tonadillera ha vuelto a sus viejas costumbres con una obstinación que preocupa a su entorno más cercano.

Fuentes cercanas, como la colaboradora Chelo García Cortés, han confesado sin tapujos que Isabel “es muy mala enferma”, alguien que rechaza seguir tratamientos o indicaciones. Y esto, según los médicos que la tratan, la está matando lentamente. Lo que podría parecer un simple gusto por la Coca-Cola se ha convertido en un verdadero peligro para su vida. Su bebida favorita es, en realidad, su peor enemiga.

Isabel Pantoja GTRES (1)

La diabetes que la persigue y la lista de advertencias ignoradas

No es la primera vez que el estado de salud de Isabel Pantoja se pone bajo la lupa. Ya durante su participación en Supervivientes en 2019, sus dolencias crónicas salieron a la luz. Allí, a pesar de los esfuerzos del equipo médico por controlar su dieta, se le vio consumir bebidas isotónicas, las cuales contienen niveles significativos de azúcares añadidos y cafeína. Estas sustancias pueden incrementar los niveles de glucosa en sangre, lo cual representa un riesgo considerable para alguien con antecedentes de diabetes y disfunciones metabólicas, condiciones que, según informes de sus cercanos, ha padecido durante más de una década.

Según ha revelado María Patiño en TEN, Isabel estaba en lista de espera para una intervención quirúrgica en Córdoba, pero decidió posponerla argumentando compromisos profesionales. Una versión que ha sido puesta en duda por otros colaboradores, quienes aseguran que la tonadillera simplemente se negó a interrumpir su rutina por miedo a enfrentarse al quirófano. En cualquier caso, lo cierto es que Isabel prefirió volver a los escenarios antes que atender a su salud, un riesgo que ahora podría pasarle factura.

Isabel Pantoja

Soledad, secretos familiares y un entorno que guarda silencio

Otro aspecto alarmante de este nuevo episodio médico es el aislamiento en el que Isabel ha vivido su convalecencia. Solo su hermano Agustín ha estado a su lado durante el ingreso, mientras que sus hijos, Kiko Rivera e Isa Pantoja, brillaron por su ausencia. Anabel,  su sobrina preferida, ni siquiera fue informada: se enteró por la prensa. Este abandono familiar no hace más que alimentar las teorías de que Isabel está completamente sola, rodeada de secretos y protegida solo por un círculo hermético encabezado por Agustín.

Las bebidas con azúcar se han convertido en una especie de adicción silenciosa que la artista se niega a abandonar. Según fuentes anónimas del entorno médico, Isabel no solo consume refrescos con frecuencia, sino que lo hace a escondidas, incluso durante sus tratamientos. El precio de esa terquedad, sin embargo, podría ser devastador. La combinación de diabetes, edad avanzada y hábitos nocivos como el consumo de Coca-Cola, convierten su situación en una bomba de relojería. Y si no toma medidas urgentes, el siguiente ingreso hospitalario podría no ser solo una advertencia.