Masterchef ha encendido los fogones por tercera semana consecutiva con la tensión y las críticas del jurado callando las risas de los concursantes. Esta nueva entrega tuvo como protagonistas a Jordi Cruz, Samantha Vallejo-Nágera y Pepe Rodríguez, que no tuvieron ningún miramiento, con los famosos aspirantes.

El programa empezó, de nuevo, con una caja misteriosa. Un recurso ya habitual que en esta ocasión contenía dos dados, y es que el azar jugó un papel importante en la primera prueba. El chef invitado llegó con una ruleta, ocupando cada casilla uno de sus platos estrella. Los concursantes vieron como la fortuna era más o menos favorable con ellos dependiendo de qué les tocó preparar, siendo José Corbacho el más afortunado (siguiendo la tónica de los programas anteriores) pudiendo escoger cuál quería hacer.

Con el delantal puesto y los ingredientes seleccionados empezaron a cocinar entre risas, haciendo gala de una buena sintonía entre ellos. Silvia Abril y Anabel Alonso recibieron los primeros gritos del jurado, enfadados con sus preparaciones. Pero Corbacho fue quien más perjudicado salió, al no ser capaz de reproducir la receta original.

El modelo Juan Betancourt y el actor Pepón Nieto se convirtieron en los ganadores de una prueba en la que las duras críticas del jurado fueron las protagonistas. Convertidos en los capitanes de la prueba de exteriores, el primer clasificado del duelo, sin embargo, fue el cubano.

Para realizar el cocinado por equipos se trasladaron hasta Extremadura, en un refugio propiedad ni más ni menos que de Alejandro Sanz. El cantante cedió el espacio al programa convirtiéndose junto con los miembros de su grupo en los comensales. Y como es vegano, el menú que prepararon fue en sintonía. Silvia Abril enloqueció al verle, confesando que le tiró un sujetador en uno de sus conciertos.

Betancourt tenía algunos privilegios, y por este motivo pudo enviar un miembro del equipo rival directamente a la prueba de eliminación, escogiendo Corbacho al ser uno de los preferidos.

La prueba empezó con mucha más organización que las de las anteriores semanas, aunque Silvia Abril hizo más de capitana que el mismo Betancourt.

Los platos fueron saliendo mejor, y después de mucho esfuerzo Alejandro Sanz acabó más que encantado. El equipo azul liderado por Pepón consiguió la victoria, triunfando sus preparaciones.

Llegaba, pues, la prueba de eliminación, donde se enfrentaron para quedarse una semana más en el concurso. Los aspirantes tuvieron que pujar para conseguir ciertos productos, ofreciendo el tiempo de cocina para imponerse a los otros. Los ingredientes acabaron siendo de lo más curiosos, con grillos o gusanos en el menú. Pero fue una cabeza de cerdo lo que desencadenó un mar de lágrimas.

La actriz de Yo soy Bea, Patricia Montero, se decantó por una cesta con la carne dentro al quedar mucho pocas opciones, pero no pudo evitar acabar llorando al tener que cocinar este ingrediente. Finalmente, sin embargo, hizo un plato lo bastante redondo que gustó al jurado.

Marina San José fue la expulsada de esta tercera entrega, mostrándose sus compañeros de lo más emocionados.

La audiencia acompañó de nuevo al programa, consiguiendo un 22,1% de share. Un concurso que sigue siendo líder de la noche de los martes, enganchando a casi tres millones de teleespectadores.