Estos días, sin duda, vienen marcados por lo que pasó a principios de semana cuando un apagón general dejó el país en medio del caos, a oscuras, sin electricidad, sin agua en muchos casos y con la incertidumbre de saber cuándo volvería la normalidad y qué es lo que lo ha provocado. Fueron horas de estupor, de no saber exactamente qué hacer, de no poder comunicarnos con nuestras familias ya que los teléfonos móviles tampoco iban, y mucha gente no tuvo ninguna manera de contactar con padres, madres, mujeres, hijos o quien fuera. Un apagón que nos hizo volver por unas horas a tiempos pretéritos, donde las velas y los transistores volvieron a ser protagonistas, tal como publicó en su cuenta de Instagram Jordi Basté.
Quien más quien menos compartió, el día siguiente y los días posteriores, cuando todo parecía volver a la normalidad, cómo habían vivido aquellas horas y qué habían hecho para volver a casa, con el transporte patas arriba. Como el metro no funcionaba en Barcelona, los autobuses estuvieron repletos, llenos hasta los topes, y con retrasos considerables para hacer sus líneas, dada la gran cantidad de gente que había en las paradas para poder volver a sus casas. Una de las que ha compartido qué pasó aquel día y cómo lo vivió ha sido la maravillosa Martina Klein. La modelo y presentadora vive enamorada y feliz hace muchos años con su pareja, el extenista y el mejor comentarista de tenis del mundo, Àlex Corretja, junto con su hija en común, Èrika, y también con sus queridos padres muy cerca, a los cuales adora.
Pero la modelo y presentadora tiene otro hijo de su relación de pareja anterior con el músico Álex de la Nuez: Pablo, un chico guapérrimo que se parece mucho a ella y que ya tiene veinte años.
Explica Martina que el día del apagón estaba con él y ha revelado cómo pudieron volver a casa. Y la manera fue gracias a la buena fe y a un gesto altruista de un taxista. "¡Buenos días luminosos! Ayer pude volver a casa haciendo autostop. Un hombre nos dejó subir en su taxi a mi hijo y a mi. Una experiencia preciosa. ¡Gracias Lluis y Siraje por vuestra amabilidad!", dice agradecida.

Y es que de vez en cuando, cuando pasan estas cosas, mucha gente saca lo mejor de ellos mismos y nos emocionan con sus gestos.