Los Guardiola son más que una familia, son un clan. Unidos por el talento, el talante y saber estar del patriarca, Pep Guardiola Sala, entrenador del Manchester City, ídolo culé sin igual y uno de los catalanes más universales de la Historia. La matriarca es Cristina Serra, única mujer en la vida de Guardiola, novios desde jovencitos cuando Pep jugaba al Barça y le gustaba la moda. El chico de Santpedor fue a vestirse a la boutique Sierra Clarete del Eixample que regentaba una joven dependienta, hija y nieta de los propietarios de la marca. Se enamoraron y así hasta ahora, que el amor ha dejado paso al respecto y a las buenas relaciones. El divorcio que están tramitando es de común acuerdo y sin conflicto. Tanto es así que es el único divorcio con un único abogado que representa los intereses de los dos excónyuges. Es fácil: Cristina Serra no cogerá nada que no le corresponda y Pep Guardiola, uno de los hombres más ricos del mundo del fútbol, no tiene problemas de dinero. Su único problema es que el fútbol lo apasiona y lo obsesiona y no sabe dejarlo estar. Y a Cristina Serra la pelota le hace bola, demasiados años, demasiado lejos, demasiado absorbente. Los niños son mayores, Maria, Màrius y la pequeña Valentina hará 18 años en pocos días. Cuando tocaba la tercera etapa de la pareja, juntos con los hijos adultos, el City se ha interpuesto. Más fútbol, menos par. Punto final. O mejor dicho: punto y seguido. Un puesto de Instagram de la primogénita Maria representa este largo camino:

Este lunes de junio, Maria Guardiola Serra ha colgado una veintena de fotos la mayoría inéditas, familiares, íntimas, con momentos destacados de su familia. La hija admira a toda la familia y sale con los hermanos, con la madre, con el padre... tristemente ninguna foto de los cinco juntos, la familia de 5 ya no existe. Destacan muchas fotos pero EN Blau se ha fijado en la más bonita y al mismo tiempo dolorosa. De todos los miembros del clan solo en falta uno: la madre de Pep Guardiola, Dolors Sala, que murió con 82 años por la Covid dejando a su marido viudo, Valentí Guardiola, el patriarca de verdad del clan. Aquella muerte rompió la familia y la nieta mayor recuerda a la abuela en una foto muy bonita en los campos, se supone que en Santpedor, con los dos abuelos paternos, Valentí y Dolors:

Maria con los abuelos paternos Ig
Maria con los abuelos paternos Ig

No es habitual que Maria cuelgue fotos íntimas como Post, a veces como Stories efímeras. Una señal que acaba la temporada recordando todos los Guardiola Sierra del clan, con especial afecto por la madre, en quien se mira al espejo de una manera casi simétrica: guapas, morenas, expertas en moda, poderosas. Dos mujeres fuertes que no se definen para|por el hombre a quién aman sino por la vida que aman, toda. De Maria pocos novios hemos conocido y siempre a escondidas, sin publicar en Instagram. De Cristina Serra nunca ha querido ser definida como WAG y ha hecho su camino, empresarial y vital. Cuando tuvo bastante de viajar por el mundo se reinstaló en Barcelona con los padres, la hermana, la hija pequeña y el trabajo, esperando ver al marido cuando pudiera ser. Hasta que la espera se ha eternizado. Muchas fotos de la admirada Cristina Serra:

Cristina Serra de joven, Ig
Cristina Serra de joven, Ig
Cristina Serra i Maria Guardiola, Ig
Cristina Serra i Maria Guardiola, Ig

Madre e hija de pequeñas con la misma edad eran calcadas, dos gotas de agua. La complicidad de las mujeres Sierra, madre e hija, maravilla y es motivo de orgullo para todos los del clan. Hace cosa no poder disfrutar de ninguna foto del matrimonio con los tres hijos, porque la pareja se ha disuelto. Ya no son marido y mujer pero seguirán siendo siempre padres de sus hijos. Y el Instagram de la hija instagramer dará fe.

Pep y Maria, Ig
Pep y Maria, Ig
Los tres hijos Guardiola, Ig
Los tres hijos Guardiola, Ig

Maria no es de muchas palabras y se limita a publicar las 20 fotos con muchos corazones rojos. Una imagen vale más que mil palabras. Y veinte imágenes valen más que veinte mil palabras.